Publica "El Mundo":
La Venezuela bolivariana batió sus propios récords del surrealismo revolucionario en solo 24 horas, durante las cuales vivió desde supuestos "ataques terroristas coordinados por la CIA" hasta el "terrorismo de Estado" desplegado por el Gobierno.
Y también, como si fuera el mundo al revés de Goytisolo, la llamada a
las armas del presidente en caso de derrota revolucionaria, el asedio al
Parlamento de radicales chavistas ante la inacción de la Guardia
Nacional, la agresión contra el presidente de la Asamblea protagonizada
por un coronel con acusaciones por secuestro y las nuevas sentencias del Supremo contra la fiscal rebelde, Luisa Ortega.
"Aquí parece que todo el país es terrorista... Yo lo que creo es que tenemos un terrorismo de Estado, donde se perdió el derecho a manifestar,
donde son reprimidas cruelmente las manifestaciones, donde se enjuicia a
civiles en justicia militar", declaró este miércoles Ortega, que lidera
el frente del chavismo crítico contra Maduro.
La jefa
del Ministerio Público salió de nuevo al paso de las arremetidas
oficialistas, tras conocer las dos últimas sentencias del TSJ, que le
arrebatan arbitrariamente funciones penales para dárselas al Defensor
del Pueblo, Tarek William Saab, militante acérrimo del madurismo, y que
destituyen a su vicefiscal. Esta decisión adelanta que el cese de la
fiscal puede ser inmediato, ya que el vicefiscal sería el encargado de
sustituirla ante cualquier acontecimiento. "Continuamos ante la presencia de la ruptura del orden constitucional",
se quejó la fiscal, quien comparó las últimas medidas contra ella con
la caza y captura sufrida por el Parlamento durante los últimos 18
meses.
El incidente del helicóptero
Una cascada de acontecimientos resumida ante los ojos del mundo por las imágenes asombrosas de un helicóptero, con un 'rambo' policial a bordo,
sobrevolando Caracas y atacando el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ),
lanzando granadas que no explosionaron y disparando balas que a nadie
hirieron en un espacio aéreo siempre vigilado. Ya fuera la acción
propagandista de un 'lobo solitario' o un montaje, como creen en parte
de la oposición, jamás se trató de un intento de golpe de Estado.
"Están desesperados para que haya un alzamiento militar, un golpe de Estado",
aseguró Ortega, otra de las damnificadas del 27 de junio, Día del
Periodista en Venezuela plagado de noticias. Un festival informativo
para cualquier reportero si no fuera porque en los 90 días de protestas
que se cumplen hoy se han contabilizado 36 detenciones ilegales de
profesionales de la información y 324 acciones violentas, 275 de ellas
protagonizadas por policías y militares. Ayer murió un joven que había
resultado herido en las manifestaciones del lunes.
Al menos dos policías, comandados por Óscar Pérez, quien tras robar un helicóptero sobrevoló el centro de Caracas, lanzaron tres granadas fragmentarias contra el Supremo y 15 balas contra el Ministerio de Interior,
según el Gobierno. La zona administrativa de la capital se mantiene
protegida con tanquetas y las fuerzas policiales se han desplegado para
capturar a su compañero, quien dejó grabado un vídeo en el que exigía el
restablecimiento del orden constitucional: "Somos una coalición entre
militares, policías y civiles en búsqueda del equilibrio y en contra de
este gobierno transitorio criminal, no pertenecemos a tendencia política
o partidista. Somos nacionalistas, patriotas e institucionalistas". La
Justicia emitió una orden de captura internacional, anunció el ministro
del Interior, Néstor Reverol.
Las autoridades venezolanas han informado que han localizado el helicóptero,
pero no a sus tripulantes. "La aeronave fue localizada exactamente en
la población de Osma, en el estado Vargas (cerca de Caracas). Hasta
ahora no hay ninguna persona detenida", ha declarado el vicepresidente,
Tareck El Aissami. "Vamos a seguir ahora mismo desplegando el grupo de
comandos especiales en toda la zona para determinar qué otro movimiento
pudo haber hecho el piloto", ha asegurado, "haremos justicia, luego de
que sea capturado este desertor, este fanático y a la vez agente traidor de la patria".
En un comunicado oficial, el Gabinete bolivariano definió lo sucedido como "ataques terroristas enmarcados en la ofensiva insurreccional adelantada por factores extremistas de la derecha venezolana, con apoyo de Gobiernos y poderes extranjeros". Maduro
añadió más leña al fuego acusando al 'rambo' Pérez de ser el piloto del
general retirado Miguel Rodríguez Torres, antiguo jefe de la
Inteligencia de Hugo Chávez
y que también estuvo al frente del Ministerio de Interior en el primer
Gabinete del "hijo de Chávez". El oficialismo acusa a este general,
íntimo del "comandante supremo", crítico con el primer mandatario y
contrario al proceso constituyente, de haberse vendido a la CIA y de
llevar a cabo varios asesinatos.
Rodríguez Torres
desmintió de inmediato a su antiguo jefe político. "Colombia dijo adiós a
la guerra y a las armas después de miles de muertes. Seamos
inteligentes y evitemos negociar sobre nuestro muertos", respondió ayer a
través de sus redes sociales.
"Lo que no se pudo con votos, lo haríamos con armas"
Aunque
parezca imposible todos estos hechos sucedieron en un solo día, que
comenzó con una arenga presidencial que dejó estupefacto a buena parte
del país: "Si fuera destruida la revolución bolivariana, nosotros
iríamos al combate, nosotros jamás nos rendiríamos. Y lo que no se pudo
con los votos, lo haríamos con las armas, liberaríamos nuestra patria
con las armas".
El chavismo cayó derrotado en las elecciones parlamentarias de diciembre 2015 y hoy todas las encuestas vaticinan su derrota estrepitosa en cualquier elección, salvo en los comicios para la Constituyente del 30 de julio,
diseñados para evitarla. "Las palabras de Maduro fueron una
declaratoria de guerra contra los venezolanos", denunció sin cortapisas
el gobernador Henrique Capriles.
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