Publica "ABC":
El 30 de marzo, prácticamente recién aterrizado en Caracas, el embajador de Espana, Jesús Silva, consultó el valor del dólar paralelo, «era de 3.900 bolivares», recuerda. Ahora, comenta mientras muestra la aplicación Dólar Today, (que tanto desespera a Nicolás Maduro), «ha llegado a los 21.000. Una barbaridad».
A Jesús Silva el destino le ha sorprendido con unos meses de vértigo. «Con todo lo que ha pasado –comenta- parecería que llevo años aquí». Junto a los embajadores de Reino Unido, México y Francia fue a respaldar a los diputados de la Asamblea Nacional (Congreso) que el régimen tiene en la mira con su fraudulenta Asamblea Constituyente.
Su «rechazo» de la misma, en nombre del Gobierno de España, no le debió sentar bien al Gobierno de Nicolás Maduro y mucho menos a sus leales. El jueves por la tarde, una pareja de motoristas, con cascos cubriéndoles el rostro, lanzaron varios cócteles molotov a la Embajada. «No hubo daños personales ni materiales que lamentar», comenta aliviado. El suceso quedó recogido en las cámaras de seguridad y ahora, anade, «está bajo investigación, de la División Antiterrorista y el CICPC Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalisticas)».
¿Cuál es el panorama actual en Venezuela?
El Gobierno concretó su iniciativa de la Asamblea Constituyente cuyo objetivo es redactar una Constitución y punto. No cuenta con el apoyo de un sector amplio de la población, la oposición la ha rechazado y ha sido elegida con unas formas que no se corresponden con los hábitos de la democracia.
¿Exactamente a qué «formas» se refiere?
Me refiero a que no ha habido un sufragio universal, libre y directo e igual para todos. Con lo cual, el objetivo anunciado inicialmente de pacificación no se consigue. Por lo tanto, el Gobierno, como la Unión Europea y otros países del mundo, anunció que no reconocerá ningún acto jurídico derivado de esa Asamblea.
La UE anunció sanciones con España. ¿Son similares a las impuestas por Estados Unidos, que anunció el congelamiento de los fondos de Nicolás Maduro y de otros trece jerarcas del régimen y la prohibición de entrar al país a miembros del régimen?
La UE tiene sus propios tiempos y mecanismos de escalada de sanciones. Se empieza por prohibir la entrada a territorio de la Unión a todos aquellos que incluye en una lista negra. El paso siguiente es la congelación de activos en todos los países miembros de la UE y la suspensión de exportaciones a Venezuela de material antidisturbios. En última instancia, pueden llegar las sanciones económicas al país. De momento, la única que es un hecho es la que se refiere a la venta de material antidisturbios. España hace tiempo que dejó de suministrarles ese tipo de equipamiento. En rigor, Venezuela se lo compra a China.
Hay varios magistrados del Tribunal Supremo, elegidos por la Asamblea Nacional, refugiados en la Embajada de Chile. ¿Algún político o perseguido ha solicitado una medida equivalente en su Embajada?
Los países de la UE no reconocen la figura de «asilo diplomático», que es como se denomina. Los mecanismos que seguimos son otros y todos los saben. Por eso, en general, cuando hay crisis graves los perseguidos se refugian en embajadas latinoamericanas. En el caso de Chile quizás se explique por los vínculos estrechos que mantienen y la buena acogida que tuvieron los exiliados aquí durante el régimen de Pinochet.
¿Qué lectura hace de los casos de Leopoldo López y Antonio Ledezma, al que anoche, también por sorpresa el Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia le devolvió a su casa?
Esperemos que esa decisión se haga extensible a Leopoldo López. Esas medidas (de reclusión de opositores) nos parecen equivocadas y no contribuyen a la paz. El Gobierno ya se manifestó en ese sentido. Consideramos que, lo importante en este momento en Venezuela, es que haya un acuerdo y se produzca una negociación donde ambas partes cedan.
Tal y como están las cosas, ¿se puede hablar de una democracia o una dictadura en Venezuela?
Esa valoración se la dejo a usted. No me corresponde a mí hacer calificaciones. Lo que creemos y para lo que España ha estado trabajando y ha contribuido mucho, es que debe haber un acuerdo. Son los venezolanos los que tienen que ayudar a acercar posiciones. No necesitan mediadores.
Dada la inmediatez y dureza de la posición del Gobierno español, ¿contemplan algún tipo de reacción contra usted o su expulsión?
Estoy siendo muy respetuoso con el Gobierno y con mis funciones. No hago nada que sea contrario a las normas diplomáticas. De hecho, el embajador de Venezuela en Madrid se manifiesta con mucha más claridad en contra del Gobierno español y nunca lo hemos expulsado.
España tiene mucho protagonismo en Venezuela con la intervención del expresidente Rodríguez Zapatero…
Apoyamos las gestiones del expresidente Rodríguez Zapatero en su intento de acercar posturas. Yo, como embajador y España como Gobierno, somos parte de la solución. Lo que queremos es ayudar a Venezuela y que los venezolanos lleguen a un acuerdo. Hemos prestado todo el apoyo a esa iniciativa y creemos que todavía es posible, pero hay que ceder. Cualquier decisión unilateral que afecte al libre ejercicio de la libertad de expresión y actuación de los políticos es contraria a esa posibilidad de llegar a un acuerdo.
La comunidad española en Venezuela es numerosa, ¿han recibido instrucciones por parte de la Embajada?
Tenemos doscientos mil españoles inscritos en el Consulado (el 90 por ciento tiene doble nacionalidad). La embajada va seguir funcionando. Estamos y vamos a seguir atendiendo al público parea cubrir sus necesidades. Estamos cerca de ellos. Creemos que los españoles y aquellos con doble nacionalidad, consideran a Venezuela su patria y su hogar. No queremos que se vayan, queremos que se queden y contribuyan también a hacer grande y próspero este país. Entre todos pueden ayudar a encontrar una solución a los problemas de Venezuela.
¿Cuál es el panorama actual en Venezuela?
El Gobierno concretó su iniciativa de la Asamblea Constituyente cuyo objetivo es redactar una Constitución y punto. No cuenta con el apoyo de un sector amplio de la población, la oposición la ha rechazado y ha sido elegida con unas formas que no se corresponden con los hábitos de la democracia.
¿Exactamente a qué «formas» se refiere?
Me refiero a que no ha habido un sufragio universal, libre y directo e igual para todos. Con lo cual, el objetivo anunciado inicialmente de pacificación no se consigue. Por lo tanto, el Gobierno, como la Unión Europea y otros países del mundo, anunció que no reconocerá ningún acto jurídico derivado de esa Asamblea.
La UE anunció sanciones con España. ¿Son similares a las impuestas por Estados Unidos, que anunció el congelamiento de los fondos de Nicolás Maduro y de otros trece jerarcas del régimen y la prohibición de entrar al país a miembros del régimen?
La UE tiene sus propios tiempos y mecanismos de escalada de sanciones. Se empieza por prohibir la entrada a territorio de la Unión a todos aquellos que incluye en una lista negra. El paso siguiente es la congelación de activos en todos los países miembros de la UE y la suspensión de exportaciones a Venezuela de material antidisturbios. En última instancia, pueden llegar las sanciones económicas al país. De momento, la única que es un hecho es la que se refiere a la venta de material antidisturbios. España hace tiempo que dejó de suministrarles ese tipo de equipamiento. En rigor, Venezuela se lo compra a China.
Hay varios magistrados del Tribunal Supremo, elegidos por la Asamblea Nacional, refugiados en la Embajada de Chile. ¿Algún político o perseguido ha solicitado una medida equivalente en su Embajada?
Los países de la UE no reconocen la figura de «asilo diplomático», que es como se denomina. Los mecanismos que seguimos son otros y todos los saben. Por eso, en general, cuando hay crisis graves los perseguidos se refugian en embajadas latinoamericanas. En el caso de Chile quizás se explique por los vínculos estrechos que mantienen y la buena acogida que tuvieron los exiliados aquí durante el régimen de Pinochet.
¿Qué lectura hace de los casos de Leopoldo López y Antonio Ledezma, al que anoche, también por sorpresa el Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia le devolvió a su casa?
Esperemos que esa decisión se haga extensible a Leopoldo López. Esas medidas (de reclusión de opositores) nos parecen equivocadas y no contribuyen a la paz. El Gobierno ya se manifestó en ese sentido. Consideramos que, lo importante en este momento en Venezuela, es que haya un acuerdo y se produzca una negociación donde ambas partes cedan.
Tal y como están las cosas, ¿se puede hablar de una democracia o una dictadura en Venezuela?
Esa valoración se la dejo a usted. No me corresponde a mí hacer calificaciones. Lo que creemos y para lo que España ha estado trabajando y ha contribuido mucho, es que debe haber un acuerdo. Son los venezolanos los que tienen que ayudar a acercar posiciones. No necesitan mediadores.
Dada la inmediatez y dureza de la posición del Gobierno español, ¿contemplan algún tipo de reacción contra usted o su expulsión?
Estoy siendo muy respetuoso con el Gobierno y con mis funciones. No hago nada que sea contrario a las normas diplomáticas. De hecho, el embajador de Venezuela en Madrid se manifiesta con mucha más claridad en contra del Gobierno español y nunca lo hemos expulsado.
España tiene mucho protagonismo en Venezuela con la intervención del expresidente Rodríguez Zapatero…
Apoyamos las gestiones del expresidente Rodríguez Zapatero en su intento de acercar posturas. Yo, como embajador y España como Gobierno, somos parte de la solución. Lo que queremos es ayudar a Venezuela y que los venezolanos lleguen a un acuerdo. Hemos prestado todo el apoyo a esa iniciativa y creemos que todavía es posible, pero hay que ceder. Cualquier decisión unilateral que afecte al libre ejercicio de la libertad de expresión y actuación de los políticos es contraria a esa posibilidad de llegar a un acuerdo.
La comunidad española en Venezuela es numerosa, ¿han recibido instrucciones por parte de la Embajada?
Tenemos doscientos mil españoles inscritos en el Consulado (el 90 por ciento tiene doble nacionalidad). La embajada va seguir funcionando. Estamos y vamos a seguir atendiendo al público parea cubrir sus necesidades. Estamos cerca de ellos. Creemos que los españoles y aquellos con doble nacionalidad, consideran a Venezuela su patria y su hogar. No queremos que se vayan, queremos que se queden y contribuyan también a hacer grande y próspero este país. Entre todos pueden ayudar a encontrar una solución a los problemas de Venezuela.
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