Publica "El Confidencial":
"En la reacción internacional a la crisis venezolana, España parece destinada a jugar un papel central. La estrategia del Gobierno se basa en la presión conjunta de todos los países de la UE, así como de otros estados latinoamericanos, según fuentes diplomáticas. El próximo 8 de agosto, el ministro de Exteriores peruano Ricardo Luna ha convocado una reunión de 11 cancillerías del continente americano para abordar una postura común respecto a Venezuela, y España tratará de coordinarse con ellas. La intención, según informan estas fuentes, es seguir “apoyando a la oposición” y “llamar al régimen para que vuelva al camino anterior”, que pasa por la celebración de elecciones limpias y el respeto a las libertades democráticas.
La lengua e historia común, los lazos a ambos lados del Atlántico -los algo menos de 200.000 españoles en Venezuela, y los tal vez 250.000 venezolanos residentes en territorio español- y los vínculos comerciales convertían a nuestro país en el candidato natural a liderar una respuesta coordinada a los acontecimientos en el país caribeño. Y, llegado ese momento, así ha sido. Fuentes diplomáticas confirman que la declaración realizada el martes por Federica Mogherini en nombre de la UE, anunciando que Bruselas no reconoce la nueva Asamblea Nacional Constituyente, se llevó a cabo por iniciativa española.
Maduro habría manipulado un millón de votos a la Asamblea Constituyente
A España, lo que suceda en Venezuela le atañe directamente. No solo Madrid se ha convertido en la segunda ciudad del exilio venezolano después de Miami, sino que España es ya el cuarto destino de los solicitantes de asilo de esa nacionalidad, solo por detrás de EEUU, Brasil y Argentina. El número de peticiones se ha doblado en lo que va de año respecto a 2016. Por eso, lo último que desea el Gobierno es que un mayor deterioro de la situación conduzca a un repunte aún mayor.
La postura de Exteriores, tal y como ha anunciado Rajoy, es promover el establecimiento de sanciones a nivel europeo. Individuales, matizan, contra personas con nombre y apellidos, responsables de violaciones de derechos humanos y de las libertades, y tal vez contra familiares cercanos. No son partidarios, sin embargo, de las sanciones generalizadas, que “acaban perjudicando a la población en general”. Tampoco de cortar lazos diplomáticos, como exigen algunas voces, no solo porque eso sería problemático para la abundante comunidad española en Venezuela, sino porque mantener abiertas las embajadas y consulados es una manera de “mantener la interlocución con el régimen” de Maduro.
Además, la diplomacia española cree que, a diferencia de los casos de países como Rusia o Siria, en Venezuela este tipo de sanciones individuales sí tendría un impacto directo sobre la cúpula dirigente en el país, especialmente si se produce una respuesta similar por parte de Estados Unidos. En cualquier caso, insisten en la necesidad de ir paso a paso y “no romper puentes” antes de tiempo. Por el momento no se barajan otras medidas adicionales hasta ver cuál es la respuesta del Gobierno venezolano.
De momento, la iniciativa está en sus albores en el seno de la UE. Hasta ahora, dicen las mismas fuentes, no se ha discutido más que en un grupo de trabajo a nivel técnico, pero España espera que la adopción de una postura común no debería ser demasiado problemática, sin resistencia por parte de otros estados miembros. Incluso aquellos que mantenían una postura más benevolente hacia el Gobierno de Maduro -y Chávez antes que él- parecen haber comprendido que se ha llegado a un punto inadmisible.
Diversidad de posturas entre los partidos
Desde los partidos políticos españoles, la lectura varía. Ciudadanos se pronuncia en la misma línea que Mariano Rajoy, quien ya el martes propuso prohibir la entrada a España a las personas vinculadas con el Ejecutivo de Maduro. “Hay que pasar de las declaraciones a los hechos en Venezuela y aplicar ya sanciones contra Maduro y el resto de golpistas, como vetar su entrada en España y congelar sus bienes en el extranjero”, ha asegurado el secretario general de Cs, José Manuel Villegas. “Ya está bien de declaraciones y de meras condenas”, ha dicho en una rueda de prensa, añadiendo que se deben aplicar ya “las sanciones personales y patrimoniales contra Maduro y sus compinches, que están secuestrando a la oposición. No pueden esperar a mañana ni a la semana que viene, son urgentes y deben ser inmediatas”. Por su parte, el secretario general del Grupo Parlamentario del partido, Miguel Gutiérrez, ha pedido a Rajoy “que no solo se lamente, sino que aplique medidas más contundentes”. “Nos gustaría que el Gobierno español liderara en Europa acciones para hacer frente a Maduro y al régimen dictatorial venezolano”, ha asegurado.
Desde Podemos, en cambio, se apoya una negociación entre Gobierno y oposición, y se cree que el papel de otros países debería ser respaldar dichas conversaciones. “Apoyamos el comunicado que emitió el pasado sábado el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero en el que decía que dada la situación y el conflicto que vive Venezuela, un conflicto social, político, económico y de seguridad, la única solución es la negociación. Él planteaba varios puntos necesarios y urgentes entre las partes, entre los que figuraban que se llevara a cabo ese comité para valorar la situación de los presos en Venezuela”, ha declarado la diputada Noelia Vera. “Creemos que ese tiene que ser el camino en todos los aspectos y en todos los puntos de negociación, que las dos partes se sienten y negocien con ayuda de la comunidad internacional”, declaró este martes.
Tras asegurar que su partido rechaza rotundamente la violencia “venga de quien venga” y señalar que las imágenes del pasado domingo demostraban que las protestas “no eran tan pacíficas como se decían”, Vera criticó los intentos del Gobierno de arrastrar a la UE a la toma de medidas contra el Gobierno de Maduro. “Hay tres opciones respecto a lo que está pasando en Venezuela: una es mirar para otro lado, otra es apostar por el diálogo como hace Zapatero, como hace el Papa Francisco y como nos posicionamos nosotros, y otra es hacer lo que está haciendo la derecha, el Partido Popular, o gente como Donald Trump, que es echar más leña al fuego, haciendo cosas como las que hace nuestro ministro de Exteriores, pidiéndole a la Unión Europea que aplique sanciones sobre Venezuela. Esa en ningún caso puede ser la salida, esta tiene que ser negociada, se tiene que dialogar y se tiene que mediar”, afirmó.
En un punto intermedio se encuentra el PSOE. Su presidenta, Cristina Narbona, se mostró partidaria de la aplicación de sanciones, pero también del mantenimiento del diálogo. En una entrevista con Servimedia, Narbona consideró necesario “valorar todas las opciones posibles” que puedan provocar “un cambio de postura” por parte de Maduro, y señaló que una respuesta de ámbito europeo sería “mucho más convincente” que las iniciativas individuales de cada país. No obstante, también pidió que no se menospreciase el esfuerzo llevado a cabo por Zapatero, quien hizo “todo lo que estaba en su mano”, aunque admitió que la respuesta “no ha sido ni mucho menos la esperada”. “Quien es criticable es el señor Maduro, no es el señor Zapatero”, aseguró.
Pero mientras esa parece ser la postura mayoritaria dentro del PSOE, también hay voces discordantes, como el valenciano Vicent Garcés, líder de la corriente Izquierda Socialista, invitado por el Gobierno de Maduro como “acompañante internacional”, y que habla de “pulcritud” en el proceso electoral del domingo. “El resultado es inapelable. Son ocho millones de personas. Una participación del 42%, pese a que la oposición no acudió a votar, es mucho”, ha declarado en una entrevista con Eldiario.es. "La oposición podía haberse presentado, decía que tenía la mayoría electoral, y no lo ha hecho", ha añadido.
Garcés coincide con Narbona en una cosa: el diálogo que busca Zapatero es necesario. Pero culpa de su fracaso al movimiento opositor. “La que no quiere diálogo es la oposición, que está muy radicalizada, y Estados Unidos, que pretende recuperar su hegemonía en todo el continente”, señaló, añadiendo su desacuerdo con las medidas adoptadas por la UE: “Estoy en contra de las posiciones que ha adoptado el Parlamento Europeo, haciendo seguidismo de Estados Unidos”, afirma en la entrevista. Desde Exteriores, no obstante, confirman que por ahora no existe una coordinación con EEUU respecto a Venezuela.
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