lunes, 8 de enero de 2018

¿Mi vida en los CIES?: "Meses de continuas torturas psicológicas que prefiero no recordar"


Publica "El Plural.com":

Intentándolo por mar y tierra, la entrada de inmigrantes a España se disparó en el año que acabamos de abandonar, hasta el punto de que en julio duplicaba la cifra del mismo periodo de 2016. Miles de personas emprendieron viajes terribles por distintos medios, sobre todo pateras y endebles y peligrosas embarcaciones. Son viajes muy largos, durísimos, de grandes fatigas y muchos peligros. Desde el país de origen hasta arribar a una supuesta "Tierra Prometida" pasan muchos meses, en numerosas ocasiones hasta años. Eso es el mejor de los casos si no se muere o te matan en el camino. Un viaje a esa Vieja Europa que empieza a ser también anciana en sus principios de solidaridad, fraternidad, humanidad...

Un testimonio tras cuatro años de éxodo

Nos hemos entrevistado con un joven camerunés, Sani Ladan. Tiene 23 años, partió de su país con 14 y llegó a España con 19. Cuatro años de travesía. Representa a muchos de los inmigrantes que un día decidieron salir de su tierra para llegar a otra con más oportunidades. Un viaje, de Camerún a España, que a través de desiertos, evadiendo mafias criminales, pasando hambre y sed extrema, perdiendo cuatro años de su joven vida, quiere mostrar para que se sepa qué penalidades y sufrimientos acogen a los refugiados, a los inmigrantes africanos. Un testimonio para saber qué motivos le empujan a acometer tan peligroso trayecto, cómo son los retos que le acechan en estos periplos, como actúan las mafias y la complicidad de los países de origen. Y también para denunciar cómo se les trata al llegar al país de destino desde las dificultades administrativas hasta la vida -!¿qué vida?!- en los CIES y CITES, denominación hipócrita y farisea que se le da a lo que son autenticas cárceles de refugiados e inmigrantes. false
Sani Ladan, vive ahora en Córdoba, Es activista por la defensa de los Derechos Humanos, especialmente en el campo de las migraciones. Estudia Relaciones internacionales en la Universidad Loyola Andalucía y es miembro de la Asociación Elín (Ceuta). Nació en el seno de una familia solvente económicamente. Su madre es maestra y su padre imam y hombre de negocios. Desde pequeño tuvo muchas inquietudes sobre el funcionamiento de las cosas en general y del mundo en particular. Ello lo llevó a empezar a escribir y a leer con voracidad con la intención de formarse y de "ser alguien útil para servir el mundo". Sus padres eran el modelo a seguir, pero además de ellos, tenía como referente a Nelson Mandela, Thomas Sankara y a su hermano mayor (Mohamed Bachir Ladan) que es periodista. Él fue quien le recordaba siempre que "para hacerse escuchar en este mundo, habría que tener una formación previa". 

Quería ser periodista

Su sueño era ser periodista como su hermano mayor pero entonces apenas se valoraba los estudios y los esfuerzos en su país. Camerún estaba azotado por la corrupción en todos los sectores y la meritocracia apenas existía. Después de ver como funcionaba todo, comenzó a hacerse muchas preguntas sin respuesta sobre su futuro. Tras un año ahorrando las pagas que le daban sus padres, decidió salir sin decir nada a nadie para estudiar en Nigeria. No se fue con la intención de venir a Europa. Las dificultades que encontró durante el camino fueron las que le trajeron hasta España.
Asaltado por los Boko Haram

A partir de la primera frontera entre Camerún y Nigeria, le roban todo lo que tenía (hasta los zapatos que llevaba en los pies). Tenía la opción de llamar a sus padres para que viniesen a por él pero decidió continuar el viaje. Llegó a la ciudad de Joss (Nigeria) donde un día, de madrugada, entró el grupo de los Boko Haram raptando a los niños y niñas e incendiando las casas. Sale huyendo en un camión que transportaba tomates hacia el país vecino de Níger.

Níger: Enterrando a los muertos en el desierto

En Níger residió muy poco tiempo porque tampoco podía estudiar allí. Empezó a trabajar en un campo sembrando ajos y cebollas para poder sobrevivir. Con ese dinero, sufragó un curso de informática mientras dormía en un mercado porque no tenía para pagarse un alquiler. Donde sin duda ha tenido más dificultades fue cruzando el desierto en compañía de tres chicos que encontró en Níger con el objetivo de ir a Argelia. Tardaron en cruzar el Sáhara 4 días, sin comer ni beber, deshidratados. Durante el día hacía mucho calor, por la noche un tremendo frío. Al tercer día de estar en el desierto, Ibrahim, uno de los tres chicos, fallece por la extrema situación en la que se encontraban. Hubo que enterrarlo con la arena para poder seguir el camino hasta Argelia. "En el desierto y deshidratado no les puedes sacar de allí", nos comenta Sain. 

Argelia: Duerme en una tubería amenazado por la policía

En Argelia estuvo seis meses durmiendo en una tubería grande y antigua, donde no circulaba agua, porque la ley de extranjería allí es muy dura con los inmigrantes que vienen de África subsahariana. Hasta que un día vino la policía en una redada e incendiaron las dos entradas de la tubería obligados a levantarse en medio de humos. Algunos sufrieron quemaduras por intentar salir de allí. Tras ese suceso Sani decide seguir una vía de tren para llegar hasta Marruecos donde residió casi un año en el monte Gurugú. Intentó varias veces entrar tanto a Ceuta como a Melilla pero la Policía lo devolvía siempre al desierto. 

Hasta que el 22 de diciembre del 2011 pudo entrar nadando a Ceuta por la frontera de El Tarajal. Llegó inconsciente hasta la orilla debido a los golpes que recibió en la cabeza por parte de la Policía marroquí y los disparos de las pelotas de gomas de la Guardia Civil española. Una vez en Ceuta, Sani tenía dos retos: aprender el idioma e integrarse en la sociedad para poder seguir con sus estudios. Tras un año en el CETI de Ceuta, le trasladan al CIE de Tarifa donde permanece el máximo tiempo posible (60 días) que se puede estar en esas "cárceles" para inmigrantes.

Después de su paso por el Centro de Internamiento de Extranjeros una ONG le posibilita trabajar en los invernaderos de Almería. Como su intención era "formarme primero y no pasar todo los días de mi vida en busca de un trabajo que no va a llegar nunca", recabó información de como podía continuar con sus estudios. Decidió marchar a Córdoba. En la ciudad de la Mezquita los primeros meses fueron complicados porque "me encontraré en la calle durante 3 meses sin conocer a nadie". Estudia y consigue finalizar la ESO, el Bachillerato y un ciclo de integración Social. Los estudios que tenía en Camerún apenas le servían en España Actualmente estudia un grado en Relaciones Internacionales e imparte conferencias sobre los temas migratorios en general y "la externalización de fronteras" en particular. Colabora con la Asociación Elin (Ceuta) que fue "la que empezó a regar la semilla que soy ahora".

Apóstol africano de los refugiados

Tras conocer a Sani uno llega a la conclusión de que nos encontramos ante una especie de apóstol de los inmigrantes y sus desdichas. Compatibiliza trabajo con los estudios y pregona la palabra del refugiado. Su apostolado consiste en “concienciar y sensibilizar a las personas con el fin de modificar la forma de pensar de la gente y así poder cambiar la cara injusta del mundo”. Trabaja como voluntario, imparte conferencias y charlas, interviene en medios de comunicación. De ahí extraigo frases que a nadie puede dejar insensible, algunas ponen la piel de gallina y otras casi humedecen los lacrimales: "Puedo vivir sin comer ni beber, pero que no me falte el cariño". Me siento afortunado, muchos se dejaban la vida en el Sahara. Los enterrábamos con arena y seguíamos. En el desierto y deshidratado no les puedes sacar de allí". "En Marruecos o Argelia no puedes ir por la calle. La policía nos pegaba, nos dejaba en el calabozo y luego nos devolvía al desierto”. "Hay quien llega a pagar 4000 euros para poder esconderse debajo de un coche y entrar en España. Con eso un europeo se da un viaje en cualquier parte del mundo". La pregunta es porque un europeo tiene tantas facilidades y un africano no. ¿Se reparten los recursos de forma igualitaria? "Si se repartieran, a nadie se lo ocurriría salir de su país". “Cuando ves a una persona inmigrante por la calles nosotros lo que pedimos es una sonrisa, piensa en los kilómetros que ha hecho, la familia que ha dejado. Yo puedo vivir en la calle, pero que no me falte el cariño".

Después de leer estos gritos desgarradores de una persona profundamente inteligente, formada y laboriosa pero especialmente "buena" en el sentido machadiano de la palabra cabe preguntarse: ¿Se puede ser insensible? ¿o sólo por Navidad? ¿somos los habitantes de la Vieja Europa los realmente "civilizados"?...

P De todo lo que le sucedió a lo largo del periplo desde su salida de Camerún ¿Qué recuerda como más peligroso? ¿Y recuerdos agradables?

R.- Hubo varios momentos de peligro y de dificultades, si tuviera que destacar algo, sin duda fue la travesía del desierto donde perdí un compañero de viaje y las concertinas que están en la valla por las cantidades de cicatrices que nos deja. Por supuesto el mar donde pude dejar la vida, ya que entré nadando y llegué inconsciente en la orilla.

P ¿Qué motivos hacen que una persona tome esta decisión que usted adoptó? ¿Deben ser causas extremas?

R.- Hay diversos motivos, ya que cada uno de nosotros tenemos diferentes realidades. Lo cierto es que siendo africano, ningún país europeo nos facilita unas vías legales y seguras (visados, etc...) para venir aquí, sea cual sea el motivo de tu viaje. Fíjense que hay gente que llegan a pagar hasta 3mil euros para meterse debajo de un coche para poder entrar a Ceuta o Melilla, con este dinero, cualquier europeo se "pega" el viaje a cualquier parte del mundo y durmiendo en hoteles de lujo. Así es como debería de ser para cualquier ciudadano del mundo. Nuestro lugar de nacimiento condiciona nuestro futuro. Lo único que les puedo decir es que nadie hace este viaje por gusto y detrás de cada uno de nosotros, incluso los que dejan su vida en el mar, hay una historia y una familia.

P Puede que también se “venda” Europa como un paraíso, una “Tierra prometida” cuando en realidad no es tan fácil encontrar empleo o integrarse? ¿Qué percepción tiene los países migrantes?

R.- Si se vende Europa como un sitio de oportunidades créanme, no lo hacen los africanos, los propios europeos son los que se encargan de exportarnos esas imágenes, al igual que nunca se ven imágenes positivas de África desde Europa. Cuando se habla de las relaciones entre África y Europa, tendemos a limitarnos siempre en cuestiones superficiales como la imagen que se vende o no. El verdadero problema está en ¿cómo se fundan las relaciones entre esos dos continentes? ¿Existen acuerdos de cooperación real y verdadera? ¿Qué tipo de relaciones mantienen? Allí es donde yo le diría que si los jóvenes africanos siguen viniendo a Europa en busca de oportunidades, sabiendo que en África es donde está la mayor parte de los recursos y materia prima, es decir que algo está fallando. Solo hace falta dar una vuelta en todas las minas de uranio, coltan, petróleo, etc.. para ver como las multinacionales europeas están explotando y sin dejar ningún futuro a los jóvenes que viven en estos países. Esas son las primeras causas de la inmigración, pero nos limitamos solo a hablar de las consecuencias. En España también cuando las cosas no van bien, los jóvenes se van fuera en busca de oportunidades y también porque les venden otros países como tierras de oportunidades.

P Y las mafias ¿cómo actúan? ¿Quién las sostiene? ¿Podría acabarse con ellas?

R.- Muchas veces cuando se habla de las mafias es para desviar la cuestión de fondo. Hay gente que se aprovechan de la situación de vulnerabilidad de los inmigrantes para sacarles dinero, si es lo que se llama mafia. ¿Por qué existen esas mafias? Simplemente porque si quiero ir a estudiar a Francia o a España, voy a la embajada de estos países como lo hace todo el mundo y solicito un visado, estos se encargaran de denegarme el visado y me veré obligado a salir, emprendiendo un viaje peligroso que incluso puede llegar a costarme la vida, con el dinero que había previsto para pagar el vuelo hasta aquí. De esta manera cuando llegas a la puerta de Europa, te encuentras con esas mismas mafias de las que les gusta mucho hablar a las autoridades, estos te proponen varias vías y si tienes dinero, no te lo piensas, y si no, tendrás que utilizar las únicas vías que te quedan, aunque te cueste la vida. A veces es puramente cuestión de orgullo y otras veces es que no te dejan ni opción a elegir.

P ¿Existe falta de implicación de los países de origen en esta causa? ¿Se compran funcionarios? ¿Se hace la vista gorda? ¿Y los gobiernos lo ven como un alivio el hecho de que se vaya gente?

R.- Los gobiernos de nuestros países tienen una gran responsabilidad en este asunto. Sin embargo, para los que conocen la historia de los países africanos, sabemos todos que ningún gobernante africano puede tomar una decisión de mejora en África sin el visto bueno de occidente. Esto ha sido así desde siempre. ¿Quién mantiene a estos políticos en el poder en África por los intereses? Sino preguntádselo a Thomas Sankara, Patrice Lumumba y una larga lista. Todas las cuestiones están ligadas a temas económicos y de intereses. Los jóvenes africanos, somos rehenes de la globalización, pero les aseguro que les queda muy poco tanto a los gobernantes africanos como a sus aliados de occidente, porque los jóvenes africanos ya estamos tomando la rienda del cambio, ya que sabemos que nadie lo hará a nuestro lugar. A nuestros hijos no les pasará como a nosotros, seguramente. Sabemos que llegará un momento en el que inmigraremos por gusto y no por obligación.

P Las devoluciones en caliente se suceden sin ningún pudor. ¿Continúan al mismo ritmo o han descendido? ¿No ha habido un antes y un después tras la tragedia de El Tarajal?

R.- Las devoluciones en caliente siguen perpetuándose en las fronteras Sur de Europa, a pesar de que hace 3 meses, el tribunal europeo de Derechos Humanos condenó a España por esas prácticas. Lo de la frontera de El Tarajal fue la gota que había desbordado el vaso, y también sirvió para despertar la opinión pública respeto a lo que pasa en la frontera, porque hay gente que sin duda miran hacia otro lado. El suceso de El Tarajal donde murieron 14 personas ahogadas por disparos de la guardia civil, es algo posterior a mi entrada a España por la misma frontera y ya había devoluciones en caliente y disparos de pelotas de gomas, o sea, no es algo nuevo.

P La inmigración vista desde un punto de vista del interior del país receptor empieza a verse como amenaza al puesto de trabajo, xenofobia y extrema derecha

R.- Cuando un país está en crisis, los primeros culpables son los inmigrantes, eso pasa aquí con los inmigrantes, igual que pasa con los españoles que están en el Reino Unido. Pero lo peligroso es cuando a eso se le añade un discurso de odio y de discriminación. Eso hace la convivencia insostenible, frente a algo que no va a parar nunca. A veces pensamos que la inmigración ha empezado con nosotros, y es algo que ha existido siempre y a lo largo de la historia de la humanidad y seguirá existiendo. Lo mejor que podemos hacer es ir asimilándolo y aprender a convivir en el respeto absoluto por supuesto porque estamos en la era de la globalización donde hay uno de los EEUU puede venir a España igual que uno de Camerún puede ir a Francia y ningún país se salva.

P España no ha cumplido ni de lejos el número de asilados que le correspondería. Desde las organizaciones y ONGs ¿cómo valoran este hecho y que informaciones manejan?

R.- De momento España no ha cumplido tampoco con el número de personas que dijo que acogería. Además de no acoger, incluso el gobierno impide y obstaculiza a cualquier ayuntamiento de las ciudades que se pusieron como ciudades de acogida. Hay ciudades que incluso tienen todo el mecanismo puesto y están esperando el visto bueno del gobierno, ya que es su competencia, pero este se niega. Los gobiernos europeos se han vuelto a dar otro plazo y esta vez esperemos que cumplan con algo tan básico como proporcionar refugios a gente que se ven obligados a huir de las atrocidades etc.

P Destaca la situación de los refugiados provenientes de Libia

R.- No me sorprende que hayas tantos flujos migratorios, lo que me sorprende es la gestión cínica que se hace. Hace menos de un mes salió un reportaje de la cadena CNN que denunciaba un mercado donde se vendía a precios de 400 dólares a los inmigrantes retenidos en Libia como si fueran esclavos, para trabajar en los campos allí. Si esto ocurre hoy es porque la Unión Europea firmó un acuerdo con Libia, siendo un Estado fallido que todos saben, para que estos paren la inmigración desde su territorio, con el fin de que no llegue a Europa. Mientras se siga tratando el tema migratorio desde Europa de manera superficial, esas embarcaciones seguirán llegando. Y debería de avergonzar al continente de los Derechos Humanos el incumplimiento de las cuotas de acogida que se comprometieron. Los europeos inmigraron en su época a América y creo que el recibimiento no fue así.

P ¿Considera que el tratamiento informativo del hecho migratorio desde los medios españoles es correcto?

R.- A veces cuando leo algunas noticias sobre la inmigración o sobre los inmigrantes, yo personalmente no me identifico en esas noticias y el trato que se le dan los medios de comunicación. Basta con ver algunos titulares para entender de donde viene el auge de la xenofobia o de los partidos de la ultraderecha en Europa en general y en España en particular. Sin ir más lejos, se encarceló hace casi dos meses a quinientos inmigrantes en la cárcel de Archidona en Málaga y esto pasó como algo normal. Hace unos días murió uno de los internos y todavía no se han pedido responsabilidades a la autoridad competente. Recuerdo lo que me dijo un periodista muy conocido (prefiero callar el nombre) “nosotros sacamos lo que la gente nos pide” la objetividad ya no existe.

P El hecho diferencial religioso o el miedo al terrorismo yihadista provocan recelos. ¿Puede hacer algo más la comunidad inmigrante por acercarse y calmar esos miedos? ¿Podemos hacer algo más nosotros “los civilizados”?

R.- Para empezar, la palabra “civilizado” refiriéndose a vosotros la cambiaría. Decirles a los inmigrantes que hagan algo o que se acerquen para que la gente deje de tener miedo al terrorismo no es la solución. Si a estas alturas hay que volver a enseñarle a la gente que generalizar no es el buen camino para una buena convivencia en la sociedad, es decir que hay algo que falla. La gente que lleva este tipo de discurso se tiene que dar cuenta por sí mismo, sobre todo en un país como España que pasó por el terrorismo de ETA, y no se podía culpabilizar a todos los vascos ni tampoco los vascos tenían que acercarse para explicar a la gente que no eran terroristas. Lo único que se le puede pedir a los inmigrantes es que se integren en la sociedad y que respeten las normas de convivencia al igual que los de aquí les tienen que respetar a ellos para que haya una buena convivencia.

P Es usted una persona formada, culta e inquieta. Con ese bagaje ¿le hubiera resultado prescindible la ayuda de la familia cordobesa para salir adelante?

R.- Por mucho bagaje que tenga, soy un ser humano y como cualquier persona, necesitamos muchas veces de la presencia de alguien a nuestro alrededor, para escucharnos, para compartir momentos y también ayudarnos mutuamente. Yo no sería lo que soy hoy sin la presencia de mucha gente que he ido conociendo a lo largo de esta aventura y por supuesto que mi gran familia cordobesa ha sido sin duda y sigue siendo uno de mi mayor apoyo en todo lo que hago.

P De todo lo que le sucedió a lo largo del periplo desde su salida de Camerún ¿Qué recuerda como más peligroso? Y recuerdos agradables ¿también hubo? ¿Se crean lazos de solidaridad entre los que protagonizan conjuntamente ese viaje?

R.- La solidaridad entre nosotros es lo que más nos mantiene vivo, sino uno no sería capaz de hacer ni la mitad de todo lo que hacemos antes de llegar aquí.

P Por último, ¿cómo se la ha tratado en España desde las Fuerzas de Seguridad del Estado, desde los CIEs o desde la Administración?

R.- Intento siempre quedarme con lo bueno, he conocido a gente que realmente merece la pena, gente que han estado y siguen estando presente en mi vida y no solo que me aporta, sino que nos aportamos mutuamente. Hay de todo por supuesto como en cualquier sitio. A nivel administrativo he tenido siempre obstáculos tanto para regularizar mi situación administrativa como a la hora de estudiar. Conseguir una beca de estudios es relativamente imposible y los costes de la universidad son muy elevados para mí, pero no bajo nunca los brazos y sigo formándome. Además, es lo que he hecho desde que llegue aquí en el 2011. De los seis años que llevo en España, los peores dos meses fueron cuando me llevaron a un CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) desde Ceuta. Fueron dos meses de continuas torturas psicológicas que prefiero no recordar.

Os ponemos el enlace a la noticia:

https://www.elplural.com/politica/2018/01/03/mi-vida-en-los-cies-meses-de-continuas-torturas-psicologicas-que-prefiero-no

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