Publica "El País":
La decisión de la justicia francesa de condenarlo a cadena perpetua
por un atentado en 1974 en el centro de París apenas ha inmutado a Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos, alias también El Chacal.
Al fin y al cabo, necesitaría varias vidas para cumplir todas las
sentencias que acumula por actos terroristas cometidos en la época en
que la mera mención de su nombre causaba escalofríos, en los años 70 y
80.
Su larga estancia en prisiones de máxima seguridad francesas —fue
detenido en 1994 en Sudán— tampoco parecen haberlo ablandado. En su
última intervención, este mismo martes pocas horas antes de que se
conociera la sentencia del Tribunal de lo Criminal de París, Carlos, de
67 años, vestido íntegramente de negro, había condenado el “absurdo de
celebrar un juicio 43 años después” de los sucesos y calificó todo el
proceso como “irregular”. De arrepentimiento, nada.
Una actitud desafiante que mantuvo durante todo el juicio,
a veces dando la impresión, con su actitud, de que lo que sucedía en la
sala y las declaraciones acusatorias de los testigos, incluido un
antiguo camarada, el terrorista alemán arrepentido Hans Joachim Klein,
no iban con él.
“Puede que fuera Carlos, puede que fuera yo, pero no hay prueba
alguna”, dijo en una ocasión durante el juicio por el atentado cometido
el 15 de septiembre de 1974 contra el Drugstore Publicis en el bulevar
de Saint Germain. Mucho más no se le consiguió arrancar a quien se sigue
definiendo, pese a lo mucho que ha cambiado el mundo desde sus días de
oscura gloria, como un “revolucionario profesional” que se “niega a convertirse en un informador contra sí mismo”.
La granada lanzada contra el establecimiento parisino ese día de
septiembre de 1974 dejó dos muertos y decenas de heridos. Entre ellos,
la española María del Pilar Segui, que el día del atentado tenía diez
años y se encontraba en la galería siniestrada con su madre y dos
hermanos. La explosión le provocó heridas de metralla, al igual que a su
hermana Elvira, de 13 años en la época. Esta semana regresó al París de
su infancia para acudir al juicio en espera de que se “haga justicia” y
pueda “cerrar un capítulo de su vida”, dijo en declaraciones a la
agencia France Presse.
Los muertos y heridos del Drugstore Publicis se suman a la larga
lista —una quincena de fallecidos, un centenar largo de heridos— de
víctimas de atentados cometidos por Carlos en territorio francés y por
los que el terrorista de origen venezolano ya sabe que no saldrá con
vida de la cárcel.
Este último juicio se abrió el 13 de marzo
al término de una larga batalla legal tras la cual la justicia francesa
estimó que la prescripción de 10 años quedó interrumpida por
procedimientos de la investigación en otros sumarios, que a su parecer
están conectados con el atentado de 1974.
La investigación estableció una conexión Carlos, ese atentado y una
toma de rehenes que comenzó dos días antes en la embajada francesa en La
Haya en manos del Ejército Rojo japonés, un grupo armado japonés de
extrema izquierda.
La fiscalía cree que Carlos cometió este atentado para doblegar al
gobierno francés en plena negociación con los secuestradores de La Haya,
que exigían la liberación de uno de sus miembros detenido en el
aeropuerto parisino de Orly.
Los abogados de Carlos habían pedido su absolución en el juicio
iniciado a mediados de mes. No hay pruebas concluyentes que vinculen a
Carlos con ese atentado parisino, admitió la acusación. “No tengo ADN,
huellas digitales o videovigilancia”, reconocía el fiscal, Rémi Crosson
du Cournier, en su alegato final, el lunes. Pero “todos los elementos
acumulados durante la investigación convergen en él”, agregó en
referencia a Carlos, según AFP. “Tengo la convicción de que Illich
Ramírez Sánchez es el autor de ese atentado criminal”, afirmó. Los
jueces de París le han dado este martes la razón.
Os ponemos el enlace a la noticia:
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/03/28/actualidad/1490703969_247341.html
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