Publica "EPMundo":
El periodista australiano y fundador de
WikiLeaks, Julian Assange, envió una carta este lunes, a la red de
intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales por la Humanidad, que se
encuentran reunidos en Caracas, en la cual reconoció el papel del
fallecido expresidente Hugo Chávez, en el mundo y su lucha contra los
ataques del gobierno de Estados Unidos y otras formas de opresión de los
pueblos.
En la misiva, Assange dijo que Hugo
Chávez tuvo el papel más importante en el escenario global por sus
incansables esfuerzos en seguir avanzado en la integración regional,
“Denuncio las injusticias tal y como las veía y en el 2001 fue el único
líder que denunció el asesinato cometido por Estados Unidos de civiles
inocentes en Afganistán”, reseñó Aporrea.
“Tengo el gran honor de dirigirme a
ustedes en este aniversario por la muerte de un hombre que ha luchado
amplia y aguerridamente contra el imperialismo, el neocolonialismo y
otras formas de opresión a los pueblos, especialmente en América Latina”
escribió .
Assange envió la carta a propósito de los 4 años del fallecimiento de Hugo Chávez.
A continuación el texto completo de la carta:
Amigos de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales por la Humanidad reunidos en Caracas.
En el libro de Proverbios dice que “una
casa se construye con sabiduría, y se establece por medio de
entendimiento. Sus cuartos se llenan de hermosos tesoros a través del
conocimiento”. Pero hay algo más en todo esto. El siguiente verso es
“Los sabios son más poderosos que los fuertes”
El conocimiento es poder.
Tengo el gran honor de dirigirme a
Ustedes en este aniversario por la muerte de un hombre que ha luchado
amplia y aguerridamente contra el imperialismo, el neocolonialismo y
otras formas de opresión a los pueblos, especialmente en América Latina.
Chávez tuvo el papel más importante en
el escenario global con sus incansables esfuerzos para seguir avanzando
en la integración y cooperación regional y construir un mundo
multipolar.
Denunció las injusticias tal y como él
las veía y en el 2001 fue el único líder que denunció el asesinato
cometido por los Estados Unidos de civiles inocentes en Afganistán,
indicando: “Ustedes no pueden pelear el terrorismo con terrorismo”. Poco
después de 6 meses, los EEUU apoyaron un golpe de estado en su contra
que fue revertido cuando cientos de miles de venezolanos tomaron las
calles, muchos de ellos con la Constitución en sus manos.
Como todos nosotros, él no estaba libre de pecado, pero sus virtudes sacudieron la tierra.
Como director de Wikileaks, sacamos a la
luz los secretos de los poderosos y además construimos una Biblioteca
distinta y poderosa, una biblioteca que contiene la información sobre
cómo realmente funciona nuestro mundo y sus instituciones, que contiene
información que por siglos ha estado solamente en manos de las élites y
que ahora ―no sin correr riesgos y persecuciones― hemos democratizado y
puesto a disposición del pueblo, sin distinción de orientación política o
credo.
Es para todos y todas, para que la
sociedad del todo mundo abra los ojos, y con datos irrefutables en la
mano, confronte a los poderosos y saque sus propias conclusiones, sin
filtros mediáticos, sobre los eventos y decisiones políticas que afectan
sus vidas.
El objetivo de Wikileaks, de buscar la
verdad en nombre de la humanidad, es hoy más importante que nunca, un
objetivo que seguimos buscando a pesar del alto precio que pagamos por
ello.
El costo, en mi caso, ha sido alto. He
estado perseguido judicialmente y detenido por casi siete años, sin que
pese cargo alguno en mi contra. La persecución se ha extendido a mi
familia, a mis hijos, a quienes no he podido ver durante todo este
tiempo.
Tanto Naciones Unidas, como numerosas
organizaciones de Derechos Humanos y personalidades a nivel mundial han
hecho un llamado a Suecia y al Reino Unido para que respeten sus
obligaciones internacionales, para que respeten y reconozcan la
soberanía del Estado de Ecuador y por tanto reconozcan mi asilo y dejen
de bloquear el ejercicio de este derecho humano. Es inconcebible que la
actitud imperialista de Reino Unido y de Suecia, en pleno siglo 21, les
permita, con total impunidad, ignorar un acto soberano de un país
independiente, Ecuador.
Recuerdo a los presentes que Ecuador
pagó y sigue pagando un alto precio al otorgarme el asilo para
protegerme de la persecución política por haber expuesto los secretos
del imperio. Su Embajada en Londres sufrió amenazas de ataque por la
policía británica y hasta el día de hoy, es sujeta de niveles de
vigilancia que no tienen comparación alguna.
Denegar el salvoconducto para que yo
pueda ir a Latinoamérica es un acto de imperialismo puro, de países que
ocupan altos cargos en Naciones Unidas, y, sin embargo, se rehúsan a
reconocer y habilitar el ejercicio de un derecho universal, y lo hacen
en total impunidad, burlándose, además, de la soberanía de un país del
Sur y de toda la región Latinoamericana que respaldó unánimemente mi
asilo, constituyendo un grave insulto a la dignidad de nuestros pueblos y
al mismo sistema de Naciones Unidas. Hacer esto por años muestra el
deterioro y grave retroceso del sistema internacional de protección de
derechos humanos para todos.
Ni hablar de mi país, Australia, un
sirviente más de los intereses imperialistas, que en siete años no ha
abogado por mí ni una sola vez y que además busca criminalizarme para
que yo no pueda volver a casa. A pesar de una Resolución firme de la más
alta autoridad en temas de Detención Arbitrarias que después de
analizar detenidamente mi caso, estableció que mi detención ha sido
arbitraria e ilegal y el deber de dejarme en libertad de inmediato e
indemnizarme, tanto Suecia como el Reino Unido la ignoran por completo.
Pero a pesar de todo, el imperio no ha
logrado silenciarme. Soy libre simplemente porque soy libre de
expresarme. Y disfruto de esta libertad gracias al coraje de Ecuador y
otros Estados, entre ellos Venezuela, que se han unido para apoyarme. Mi
lucha puede convertirse en una historia exitosa para la libertad de
expresión y los derechos humanos.
Por lo tanto la concesión de un salvoconducto sería un acto de justicia y dignidad para la región.
Permaneceremos fieles a la promesa de
publicar la verdad sin miedo o negociaciones bajo la mesa. Seguiremos
esforzándonos en nuestro compromiso con la verdad y la justicia social.
La liberación de los pueblos depende de
la liberación de la mente de los pueblos. Para ello, necesitamos que
esfuerzos revolucionarios pacíficos como el de Wikileaks, florezcan
alrededor del mundo. Por esta razón necesitamos detener la persecución
contra WikiLeaks y su gente.
Hagámoslo juntos hoy. Mañana puede ser tarde.
Julian Assange
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