jueves, 23 de noviembre de 2017

Estados Unidos retira la protección migratoria a 59.000 haitianos y abre la puerta a su deportación


Publica "El País":

El programa especial se inició tras el terremoto que devastó en 2010 al país más pobre de América
 
La Administración de Donald Trump anunció este lunes el fin de un programa migratorio especial que evitaba la deportación de miles de haitianos en Estados Unidos. Los cerca de 59.000 beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS en sus siglas inglesas) para Haití tienen 18 meses, hasta julio de 2019, para regresar a su país o buscar una alternativa para residir legalmente en EE UU. A partir de entonces, serán considerados inmigrantes indocumentados y podrán ser deportados.

La decisión, que se especulaba desde hace tiempo, se enmarca en la política de mano dura migratoria del Gobierno del republicano Trump. Hace dos semanas, la Administración ya anunció el fin del TPS para unos 5.300 inmigrantes nicaragüenses, que disponen hasta enero de 2019 para salir del país o conseguir otro permiso de residencia.

El TPS es un programa creado en 1990 que permite a EE UU conceder visados extraordinarios a ciudadanos afectados por guerras o desastres naturales. Esa definición sirvió para acoger una oleada de haitianos tras el devastador terremoto que azotó en 2010 al país más pobre del Hemisferio Occidental.

Ahora, sin embargo, el criterio ha cambiado pese a la presión del Gobierno haitiano para mantener la protección dada la permanente inestabilidad en la isla. “Se determinó de forma general que las condiciones extraordinarias pero temporales que sirvieron como base para la designación de Haití han mejorado suficientemente de tal manera que ya no previenen que los nacionales de Haití puedan volver de forma segura [a su país]”, dijo un alto cargo del Gobierno Trump a la prensa, según informa la agencia Reuters.

La organización progresista Center for American Progress llamó "descorazonadora y poco sabia" la decisión y recordó que Haití ha sufrido en los últimos meses el impacto de los huracanes Irma y María, que golpearon con fuerza la paupérrima isla.

A principios de noviembre, el diario The Washington Post publicó que la Casa Blanca presionó a la responsable interina del Departamento de Seguridad Nacional para que expulsara a 57.000 hondureños y 2.500 nicaragüenses que residen en EE UU bajo el marco del TPS. También lo hacen unos 200.000 salvadoreños. El jefe de gabinete de Trump, John Kelly, llamó a Elaine Duke advirtiéndole de que prolongar la estancia de los ciudadanos centroamericanos amparados en el programa especial “impide la estrategia global” de la Administración.

Duke solo accedió a retirar el TPS para los inmigrantes nicaragüenses y pidió estudiar mejor el caso de los hondureños. La protección a ambos países se aprobó tras el paso del huracán Mitch por Centroamérica en 1998. El Gobierno Trump ha convertido en bandera la deportación de inmigrantes y el refuerzo de la seguridad fronteriza. El presidente anunció en septiembre el fin del programa DACA del Gobierno de Barack Obama, que concede permisos temporales de residencia legal en EE UU a unos 800.000 dreamers, inmigrantes adultos que llegaron de niños al país. Si no se evita, la directiva finalizará el próximo 5 de marzo. Trump ha decidido pasar el contencioso al Congreso para que decida por ley si blinda a ese colectivo
 
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