Publica "El Mundo":
Dicen que reírse de uno mismo es la mejor terapia para afrontar los problemas, aunque a veces resulta complicado restarle importancia a los contratiempos y ganar autoestima. Sirve de ejemplo Paqui Peña, reportera de Madrileños por el mundo, que ha sido protagonista de multitud de programas de humor y zapping debido a sus tropiezos en directo. "Nunca me ha molestado. Siempre que me han sacado, lo han hecho con mucha gracia. Soy la primera que me río de mí misma", asegura Peña a este diario: "Imagínate cuando me ponen haciendo una entradilla en el Algarve disparada desde un barco... Hasta yo me río".
La que fuera reportera de Está pasando (Telecinco) es una habitual en Zapeando. De ahí que hayan contado con ella en la grabación de un sketch para el programa 1.000, que se emite este viernes en La Sexta a las 15.45 horas y que, sin contar con estos gags especiales, se desarrolla en directo, como de costumbre. Frank Blanco, presentador del formato de La Sexta, destaca el talante de Peña: "Siempre resaltamos lo exagerada que es. Todo le parece maravilloso y estupendo. No todo el mundo tiene el sentido del humor como para saber reírse de sí mismo".
En el sketch, la reportera visita Zapeando para conocer sus instalaciones, en una parodia de los viajes que ella misma realiza en Telemadrid: "Estaba en Jerusalén cuando me lo ofrecieron". Cristina Pedroche se siente identificada: "Cuando te ríes de ti misma, no te hacen daño las críticas, como me pasa a mí: lo que digan los demás me da igual".
Peña no es la primera protagonista de las sátiras que se ha atrevido a acudir a La Sexta, como recuerda Blanco: "Es habitual. Lo hemos hecho también con Gloria Serra, que nos ha hecho algún Equipo de investigación, o con Sara Bravo", quien se dio a conocer en Canal Extremadura y llegó a convertirse en reportera de Zapeando durante el verano de 2014. Ximena Córdoba, la colombiana que saltó a la fama por dar la información meteorológica en Univisión a ritmo de reguetón, también visitó el plató tras aceptar la invitación de Blanco, para unirse a Anna Simon, Quique Peinado y los demás colaboradores, presentes también en el sketch con Peña.
Sin embargo, no todo el mundo encaja las bromas de la misma manera. La cadena Trece, por ejemplo, prohibió al formato de La Sexta utilizar imágenes suyas para, tal y como expusieron oficialmente, "desacreditar a los profesionales de la cadena y su línea editorial".
Blanco defiende el humor del formato producido por Globomedia: "En Sé lo que hicisteis Ángel Martín abría la boca y subía el pan, que está muy bien porque era lo que buscaban y era marca del programa. Pero nosotros no buscamos exactamente eso, no queremos enemigos". Pedroche añade: "Esto es un zapping simpático, blanco... No nos metemos con nadie, sólo sacamos los fallos graciosos de la gente".
Alcance mundial
Lo que parece evidente es que, para bien o para mal, Zapeando capta la atención de periodistas, cadenas e incluso dirigentes políticos. Hasta Nicolás Maduro se ha declarado fan del formato. "En ese programa siempre nos están sacando con mucho cariño, desde aquí les mandamos un saludo", dijo el presidente venezolano, que cuando concedió su entrevista a Salvados extendió esa invitación a Zapeando. Maduro tiene además intención de acudir "pronto" a Madrid para participar en el espacio: "Yo quisiera que en Venezuela hubiera un programa así, extraordinario. Casi siempre lo veo y me río".
Esta repercusión a nivel internacional refleja la buena salud de Zapeando, que celebra este viernes su programa 1.000, aunque con algunos días de retraso a causa de los especiales informativos sobre Cataluña, que lo dejaron sin emisión. Blanco reconoce la dificultad que entraña tratar el procés en el programa: "No queremos abusar de la política, pero es inevitable. La presión que tenemos es cómo tocar estas cosas sin herir sensibilidades".
Cuatro años y millones de bromas después, el formato cumple 1.000 emisiones. "El Zapeando del principio era un Zapeando débil, que se tambaleaba. Ahora es un buque", sentencia Pedroche.
Esta repercusión a nivel internacional refleja la buena salud de Zapeando, que celebra este viernes su programa 1.000, aunque con algunos días de retraso a causa de los especiales informativos sobre Cataluña, que lo dejaron sin emisión. Blanco reconoce la dificultad que entraña tratar el procés en el programa: "No queremos abusar de la política, pero es inevitable. La presión que tenemos es cómo tocar estas cosas sin herir sensibilidades".
Cuatro años y millones de bromas después, el formato cumple 1.000 emisiones. "El Zapeando del principio era un Zapeando débil, que se tambaleaba. Ahora es un buque", sentencia Pedroche.
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