viernes, 24 de noviembre de 2017

La Presidenta Barkos preside la entrega del Premio Internacional Navarra a la Solidaridad al movimiento mundial La Vía Campesina


Publica "Navarra información.es":

Ha destacado la importancia de defender los derechos del campesinado, pequeños productores que alimentan a más de 2.500 millones de personas

La Presidenta de Navarra, Uxue Barkos Berruezo, ha presidido este mediodía el acto de entrega del XV Premio Internacional Navarra a la Solidaridad a La Vía Campesina (LVC), un movimiento mundial nacido con el objetivo de ser la “voz” del campesinado y potenciar la soberanía alimentaria, y que en la actualidad agrupa a 200 millones de pequeños agricultores y agricultoras de cuatro continentes. El galardón ha sido recogido por la guatemalteca María Canil Grave, delegada de LVC en Centroamérica.

Con este premio, promovido conjuntamente por el Gobierno de Navarra y Laboral Kutxa, se quiere destacar y reconocer la tarea llevada a cabo por instituciones, ONG, y personas físicas que hayan destacado por su trayectoria en cualquiera de los ámbitos de la Cooperación Internacional al Desarrollo. El galardón está dotado con 15.000 euros, diploma y un ejemplar reproducido de la obra símbolo del premio: la escultura Arri Ernai zaintzailea (piedra vigilante) de Jorge Oteiza.

El acto de entrega ha tenido lugar este mediodía en el Salón del Trono del Palacio de Navarra y ha contado con las intervenciones de la Presidenta Barkos, el Presidente de Laboral Kutxa, Txomin García Hernández; el vicepresidente de Derechos Sociales, Miguel Laparra Navarro, y la propia María Canil. También han estado presentes la consejera de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, Isabel Elizalde Arretxea, y la consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales, Ana Ollo Hualde.

La Vía Campesina

La Vía Campesina nació en 1993, cuando representantes campesinos de cuatro continentes fundaron este movimiento, con el fin de defender los intereses y derechos de los campesinos, pequeños agricultores, jornaleros sin tierra, pueblos indígenas y migrantes frente a la agroindustria y los mercados dominados por las multinacionales. En la actualidad, está formada por 164 organizaciones campesinas de 73 países y es un reconocido interlocutor en Foros y Organizaciones Internaciones.

Entre sus principales reivindicaciones figura el acceso a la tierra. Promueve también una agricultura ecológica, defensora del medio ambiente y de las plantas y semillas locales, frente a los organismos genéticamente modificados, y ha establecido el concepto de “soberanía alimentaria”, que presentan como el derecho de los pueblos a poseer sus propios sistemas alimentarios y definir sus políticas agrarias, configurándose como una alternativa real al libre comercio. En este contexto, la participación de mujeres y jóvenes es uno de los objetivos principales, así como la formación de sus miembros, a través de los 40 institutos de los que dispone el movimiento.

LVC trabaja mediante 7 colectivos internacionales que coordinan el trabajo temático del movimiento: Colectivo Semillas-Agroecología; Colectivo Tierra y Territorio; Colectivo Derechos Campesinado; Colectivo Migraciones; Colectivo Comercio; Colectivo Políticas Públicas; Colectivo Clima. Las actividades están organizadas de forma descentralizada bajo la responsabilidad de una organización nacional o de una región.

Actualmente, está organizada en 9 regiones a nivel mundial. Se trata de Sur y Este de África; África Central y Occidental; Europa; Norteamérica; Suramérica, Centroamérica, y el Caribe; Sur de Asia; y Sureste y Este Asiático. Además, se están integrando organizaciones nuevas en Palestina, Túnez, y Marruecos para la posible conformación de una región nueva en el Medio Oriente y Norte de África. En la actualidad, la coordinadora internacional del organismo es Elizabeth Mpofu, de Zimbabwe.

El premio a la Solidaridad ha sido recogido por María Canil Grave, integrante del Comité de Coordinación Internacional de Mujeres y delegada regional de Centroamérica de LVC. Nacida en Guatemala es de origen maya, socia fundadora de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala CONAVIGUA, una de las organizaciones que conforman La Vía Campesina. Entre sus numerosas actividades fue miembro del equipo de Secretaría y Relaciones Internacionales de la Dra. Rigoberta Menchú, así como delegada ante la Comisión Nacional de los Acuerdos de Paz en representación de los pueblos indígenas.

Le ha acompañado también, en representación de La Vía Campesina, Unai Aranguren, miembro de la organización campesina EHNE Bizkaia, y representante de la región Europea en el Comité Internacional de LVC.

Intervención de la galardonada

Tras recibir el galardón, María Canil se ha dirigido a los presentes agradeciendo el premio que ha calificado como el reconocimiento “a un proceso de resistencia y de construcción de una alternativa más justa y humana”.

Canil ha recordado que LVC nació en un contexto neoliberal, en el que el capital financiero y las corporaciones transnacionales pasaron a dominar la agricultura, originando “terribles consecuencias para el campo y la agricultura en todo el mundo” y de ahí surgió la necesidad de articular una resistencia popular internacional, ha dicho, con la siguiente consigna “globalizar la lucha es también globalizar la solidaridad y la esperanza en los pueblos del mundo”.

Según ha recalcado, la creación de LVC ha aportado una nueva mirada a las políticas agrícolas, a la alimentación y al campesinado. “No se formularán más políticas sin que nuestras voces sean escuchadas en voz alta o sin estar sobre la mesa los temas de los derechos campesinos, la agroecología, la reforma agraria, sobre todo, la soberanía alimentaria”, ha dicho, al tiempo que ha subrayado la importancia que están jugando las mujeres campesinas en esta defensa de una agricultura ligada al cuidado de la tierra, la defensa de os bienes naturales y de las semillas como patrimonio de los pueblos.

Finalmente, se ha referido a la declaración internacional sobre los derechos de los campesinos que el movimiento promueve en el marco de la ONU, y cuya estrategia ha resumido en una frase: “alimentamos nuestros pueblos y construimos movimiento para cambiar el mundo”.

Palabras de los promotores del premio

Durante su intervención, la Presidenta Barkos ha destacado la confluencia de los objetivos y reivindicaciones que defiende La Vía Campesina con las metas que se plantea Naciones Unidas, a través de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, aprobada en 2015. Y ha reflexionado sobre dos de los problemas más importantes a los que debe enfrentarse todo el planeta: la necesidad de incrementar la producción de alimentos y la creciente urbanización de los países

Sobre el primero, ha citado las previsiones de crecimiento de la población mundial que cifran en 9.800 millones los habitantes en el año 2050, lo que obligará a incrementar hasta en un 50% la producción de alimentos. Pero esta producción estará condicionada por tres factores “las variaciones de los precios que repercuten en el medio de vida de los pequeños agricultores, el cambio climático que pone en peligro las cosechas y los acuerdos comerciales que distorsionan los mercados”, ha dicho.

Sobre la creciente urbanización, ha recordado que en 2025 el 54% de la población vivirá en zonas urbanas, un movimiento ligado directamente al deterioro de las condiciones de vida en el medio rural.

En opinión de la Presidenta, para hacer frente a estos retos “hay que tomar en consideración diversas actuaciones, todas ellas recogidas por la Vía Campesina en sus demandas, reivindicaciones y trabajo. En particular, poner en valor el papel del campesinado con un enfoque basado en derechos, adoptar un enfoque agroterritorial en la planificación de las políticas de desarrollo, e incluir la perspectiva de género en todo ello”.

En este sentido, ha hecho hincapié en que, a pesar de las dificultades de acceso a los mercados, los pequeños agricultores son hoy en día los únicos o principales productores de alimentos en muchos países en desarrollo: proporcionan alimento diario a 2.500 millones de personas y gestionan una gran parte de los recursos naturales del planeta. “Es por ello que para proteger bienes supremos como la vida humana es importante respetar, proteger y hacer cumplir los derechos de las campesinas y campesinos, tal y como está intentando conseguir La Vía Campesina”, según ha agregado la Presidenta.

Por su parte, el presidente de Laboral Kutxa, Txomin García, ha puesto de manifiesto que impulsar el concepto de “soberanía alimentaria” que defiende LVC “no es tan sólo una cuestión ética, sino que debe constituir un imperativo social y global, ya que resulta una alternativa muy eficiente para luchar contra el cambio climático, impulsar la paz y paliar una de las lacras más vergonzantes de este siglo XXI: el hambre”. A este respecto, ha recordado que, en 2016, 815 millones de personas padecieron hambre (el 11% de la población mundial) y 155 millones de menores de 5 años sufren desnutrición crónica.

En su opinión, desarrollar la soberanía alimentaria es un factor primordial para abordar esta tragedia. Y en esta labor ha reivindicado la importancia del papel de las mujeres campesinas. Son las responsables de abastecer al 70% de la población en los países del sur “y si tuvieran el mismo acceso que los hombres a los recursos el número de personas con hambre en el mundo podría reducirse hasta en 150 millones”, ha dicho.

Finalmente, el vicepresidente Laparra ha destacado la fortaleza y vitalidad de LVC que, en poco más de veinte años de existencia, tiene implantación en 73 países de cuatro continentes y supone un importante interlocutor para organismos internacionales como la FAO. Asimismo, ha puesto de relieve la amplitud de sus actividades, ya que si bien su labor se centra en el objetivo de desarrollo sostenible “hambre cero”, actúa también para alcanzar otros objetivos, entre los que ha citado, “la capacidad institucional y profesional, la innovación, la alternativa a la agroindustria, el enraizamiento en comunidades y territorio, el trabajo a favor de colectivos vulnerables y la capacidad de coordinación con organizaciones y redes”.
 
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