Publica "El País":
En vísperas de su tercer aniversario en prisión el político
venezolano Leopoldo López ha recibido la peor de las noticias. La Sala
de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia ha ratificado la condena de casi 14 años de prisión impuesta en septiembre de 2015 por incitar a la violencia en las protestas antigubernamentales del primer semestre de 2014.
Aunque había cierta expectativa en los predios del Supremo por la
posibilidad de que se admitiera la demanda de nulidad del fallo
introducida por los abogados del dirigente, la lógica ha terminado por
imponerse. Desde que el chavismo tomó el control de la máxima instancia
judicial hace casi 15 años no se ha producido un solo fallo contrario a
sus intereses.
La esposa de López, Lilian Tintori, que el miércoles se reunió con el presidente de Estados Unidos,
Donald Trump, estaba regresando en un vuelo desde ese país cuando se
produjo la noticia. Apenas llegó a Caracas se mostró convencida de que
“pronto Venezuela recobraría la libertad”. En el aeropuerto Mitzy
Capriles, esposa del alcalde Antonio Ledezma, otro de los presos
políticos, denunció que ella y Tintori estaban siendo hostigadas por
agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia, la policía política
del régimen.
Con esta decisión se ha agotado la vía judicial en Venezuela y solo
resta apelar en instancias internacionales. Venezuela no reconoce la
jurisdicción foránea en asuntos internos. La causa de López
solo queda pendiente de un indulto o una decisión política fraguada en
los acuerdos entre el gobierno y la oposición. De momento las
conversaciones entre los actores, que cuentan con la mediación de tres
expresidentes y el Vaticano, están suspendidas porque la oposición
considera que su contraparte no ha honrado los acuerdos logrados a
finales de año.
Tintori se pondrá al frente de los actos que se organizarán a partir
del viernes con motivo del tercer aniversario de la prisión de su
marido. Están programadas manifestaciones en Caracas. El encierro de
López está adquiriendo dimensiones que trascienden las fronteras de su
país. Su causa es conocida casi en todo el mundo por las circunstancias
en las que se desarrolló el juicio y los argumentos presentados para
sustentar el fallo. Ya es considerado por Amnistía Internacional como un
preso de conciencia.
En España el exjefe del gobierno Felipe González, quien ha colaborado
con la defensa del dirigente venezolano, ha dicho mediante un
comunicado que el Supremo venezolano “ha consumado una actuación nula de
pleno derecho, arbitraria y completamente injusta (…) Son conscientes
de que están condenando a un inocente solo por oponerse a la tiranía de
Maduro”.
González opina
que “se ha cerrado el círculo de la dictadura sometiendo al Poder
Judicial, anulando el papel de la Asamblea Nacional, negando el derecho
de voto a los ciudadanos en las elecciones a gobernadores, ya vencidas y
aplazadas sin fecha. Los desmanes, arbitrariedades y represión del
gobierno no parecen tener límites”.
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