Publica "El Mundo":
"El uso cínico del discurso del 'nosotros contra ellos' provoca una agenda deshumanizadora
basada en discursos de culpa, odio y miedo a escala nunca vista desde
los años 30". Es la inquietante tendencia que se impone en la política
mundial, según denuncia Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España
en la presentación, ayer, del Informe Anual 2016-2017 sobre la
situación de los derechos humanos en el mundo. "Orban, Trump, Erdogan,
Duterte... cada vez más políticos antisistema ocupan el poder y ponen en
marcha una agenda tóxica que deshumaniza a grupos enteros de personas",
añade.
"Hay 36 países donde en 2016 se violó el Derecho
Internacional devolviendo a refugiados que huyen de la violencia. En 22
países se mató a activistas defensores de los derechos humanos. La Unión
Europea llega a acuerdos marrulleros con terceros países como Turquía o
Libia para mantener a las personas refugiadas alejadas de sus fronteras.
En Estados Unidos, Donald Trump ha expresado que reimpondrá los
simulacros de ahogamiento como técnica de tortura. En el Reino Unido,
Theresa May ha dicho que la Convención de los Derechos Humanos no
aportaba nada y que hace a su país menos seguro. En Filipinas, Duterte ha afirmado que le encantaría matar a tres millones de drogadictos, como Hitler mató a tres millones de judíos... Sólo Alemania y Canadá se salvan como honrosas excepciones", enumera Beltrán.
En
su recién publicado informe de 476 páginas, Amnistía Internacional (AI)
advierte de que los políticos que se valen de esta retórica "tóxica y
venenosa" están creando un mundo más dividido y peligroso en el que los
derechos humanos están en retroceso. "La manipulación divisiva del
concepto de identidad nacional tiene como objetivo ganar votos", añade
la ONG internacional. "La demonización de sectores sociales y el recorte
de derechos civiles y libertades tendrá consecuencias nefastas", avisa Arancha Vicario, presidenta de la sección española de AI.
Los refugiados, primer blanco
El
primer blanco de este discurso político que incita al odio han sido las
personas refugiadas, resalta la organización. Pero si esta situación
persiste en 2017 -lo que parece ser la tendencia- también aparecerán
otros sectores en el punto de mira: aumentarán los ataques por motivos de raza, sexo o religión.
"Cuando las personas dejemos de vernos unas a otras como seres humanos
con los mismos derechos, empezaremos a precipitarnos en el abismo",
incide este organismo.
Uno de los ejemplos más sangrantes ha sido la orden ejecutiva prohibiendo viajar a EEUU a nacionales de siete países musulmanes
firmada por Trump nada más llegar a la Presidencia de EEUU y con la
que, según AI, "trata de impedir que las personas refugiadas soliciten
su reasentamiento en EEUU, dificultando así que quienes huyen de la
guerra y la persecución en países asolados por conflictos busquen
refugio en el país". Para el abogado y activista de los derechos civiles
estadounidense Vincent J. Ward "se trata de la medida más arbitraria
que se ha publicado en materia de derechos civiles". Medidas como ésta
aumentan "el riesgo de un efecto dominó en el retroceso global de las libertades civiles", según AI.
"¿Cómo
un país creado por inmigrantes pone en la diana a personas sólo por su
país de origen. Es una ley contra derecho. Estoy avergonzado de ser
americano", concluía durante la presentación del informe, ayer en
Madrid. "Mi trabajo es ahora más importante que nunca", se reafirma al
mismo tiempo.
Belal Darder, fotoperiodista egipcio que tuvo que huir en julio de 2016 por la represión del régimen de Abdelfatah Al Sisi
y se encuentra refugiado en España desde diciembre, ha sido testigo en
Egipto de esa misma retórica del odio que se reproduce ahora en Estados
Unidos y que "que demoniza a todos los que presenten oposición". Estas
políticas de señalamiento puestas en marcha por el régimen desde que
tomó el poder en 2013 "crean intolerancia dentro de la gente, un odio ilógico
que es incontrolable". Y eso, afirma, se constata en el "aumento de los
ataques contra la minoría cristiana y de las agresiones sexuales contra
las mujeres".
"¿Quién defenderá los derechos humanos?"
Una
de las cuestiones más preocupantes de este crudo panorama es, para
Vicario: "¿Quién defenderá los derechos humanos en 2017? No parece que
vayan a ser los estados, así que la lucha vendrá necesariamente de los
ciudadanos". "Hubo un tiempo en el mundo en que los estados se
avergonzaban de violar los derechos humanos. Hoy, los límites de lo
aceptable han cambiado y se cuestiona el concepto mínimo de Derecho
Universal", abunda Beltrán. La ONG constata una "falta de liderazgo en la defensa de los derechos humanos,
lo que está creando un escenario mundial más caótico" en este "nuevo
orden en el que los derechos humanos aparecen representados como un
obstáculo a los intereses nacionales".
"¿Quién va a levantar su
voz para hablar de los 23 países en donde se cometen crímenes de guerra
diariamente?", se pregunta Beltrán, citando a Siria, Yemen, Libia, Afganistán o Sudán del Sur.
AI pide, por tanto, que sean los ciudadanos los que se movilicen para
preservar los derechos humanos, para proteger a los que se oponen al
poder. "El respeto a los derechos humanos es sinónimo de estabilidad. No protegerlos es sembrar las semillas de crisis futuras", concluye el director de Amnistía Internacional España.
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