Publica "Diario de Noticias" de Navarra:
El hambre en el
mundo continúa siendo una realidad que afecta cada día a 800 millones de
personas y representa el mayor riesgo de salud del mundo. El problema,
lejos de estar en que haya escasez de alimentos, se sustenta en un
consumo mal repartido y en el hecho de que, quienes disponen de comida
en abundancia, no reparan en aquellos que no tienen nada para llevarse a
la boca.
Ante esta realidad, desde Manos Unidas hacen un llamamiento a la
solidaridad alertando de que una tercera parte de los alimentos aptos
para el consumo acaban en la basura, o lo que es lo mismo, se tiran cada
año 1.300 millones de toneladas de comida. Por segundo año consecutivo,
la ONGD centra su campaña en la problemática del hambre en el mundo.
Vuelve así a sus orígenes, a la misión con la que nació hace 58 años.
Como viene siendo tradicional, la entidad recogerá el próximo domingo 12
de febrero donativos en las parroquias de la Comunidad Foral. Además,
el viernes 10 a las 20.00 horas se celebrará una misa especialmente
dedicada a esta causa en la parroquia de San Miguel, en Pamplona.
En este 2017 Manos unidas centra su campaña anual en la denuncia
del desperdicio de alimentos. En esta ocasión, explicó la delegada
territorial de Manos Unidas en Navarra, Asunción Orbe, apartan la mirada
de las gentes del sur para hacer una llamada de atención a los países
desarrollados, aquellos que acumulan la riqueza del mundo. “Las cifras
nos dicen que realmente el problema no es la producción de alimentos,
sino el reparto, -explicó- nosotros lo acaparamos y luego lo tiramos
mientras que otras personas no tienen garantizado el derecho a la
alimentación”. Paradójicamente, muchas de estas comunidades que pasan
hambre son agrícolas, una clara muestra, según la delegada territorial,
del desequilibrio que provoca nuestro actual sistema económico, en el
que se prima a las empresas frente a las personas.
Según el último informe del Programa Mundial de Alimentos, la
gran mayoría de las personas que no tienen alimentos suficientes para
llevar una vida sana viven en países en desarrollo, donde casi el 13%
sufre desnutrición. Dos tercios de estas personas que sufren hambre se
encuentra en Asia, pero es en África subsahariana donde más desnutrición
hay, ya que allí no se alimentan correctamente una de cada cuatro
personas. Esta situación afecta de forma especialmente dura a los niños,
y es que la desnutrición causa anualmente más de tres millones de
muertes en menores de cinco años y uno de cada tres padecen retraso en
el crecimiento en los países en desarrollo.
Este desperdicio de alimentos se relaciona principalmente con los
países ricos y se produce por factores como la valoración estética, la
información confusa en los etiquetados, las normativas sobre alimentos y
el tratamiento inadecuado de los productos frescos que a veces se tiran
para que no bajen en exceso los precios.
La pérdida de alimentos, en cambio, se da en la producción, el
procesado y el transporte, todo ello acciones que tienen lugar sobre
todo en países en desarrollo. Influyen en esto sobre todo las malas
condiciones de almacenamiento y de infraestructuras para el transporte,
la ruptura de la cadena del frío y los estándares impuestos a los
productores con respecto al tamaño, forma y aspecto del producto, algo
que nada tiene que ver con su calidad alimenticia.
Para el desarrollo de su actividad, explicó Asunción Orbe, la
principal aportación económica procede de donaciones privadas, tanto de
empresas como de particulares. Estos últimos, aseguró, son el gran valor
que sustenta su labor, y es que en navarra en el año 2015 más de 2.000
personas realizaron alguna aportación. En total, las donaciones privadas
supusieron en este año un 92% de sus ingresos, alcanzando una suma de
1.681.476 euros. Los 147.112 restantes se consiguieron a través de
ayudas públicas.
Ayuda a refugiados Desde
Manos Unidas se realiza también una importante labor ayudando a las
personas refugiadas en sus países de origen. En concreto, en el pasado
año contaron con 21 proyectos, todos ellos ubicados en Oriente Medio a
los que la entidad destinó más de un millón de euros. Contaron con cinco
proyectos en Iraq, dos en Israel, dos en Jordania, seis en Líbano, tres
en Palestina y tres en Siria que abarcan desde el equipamiento de
hospitales o centros de acogida a la construcción de infraestructuras o
el desarrollo de programas de ayuda y formación, entre otros.
socios
2.000
La ONGD Manos Unidas contó en 2015, el último año del que tienen
registro, con más de 2.000 socios que realizaron al menos una
aportación.
La frase
Asunción Orbe “Nuestro mundo provoca vergüenza”
La delegada territorial de Manos Unidas en Navarra denunció la
poca solidaridad que muestra el mundo desarrollado acaparando los
alimentos del mundo para después desperdiciarlos.
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