Publica "El Mundo":
La convocatoria del presidente Nicolás Maduro de un proceso para cambiar la Constitución de Venezuela ha generado una grave crisis en el país y una fuerte oposición.
Tras meses de protestas que exigían su salida del poder a través de elecciones generales, Maduro ha dado un giro a la crisis al convocar a una "Constituyente popular", cuyos 500 asambleístas ya no serán elegidos por sufragio universal, sino por sectores sociales y por comunidades.
A continuación analizamos las claves del proceso:
-¿Es constitucional la Asamblea Nacional Constituyente convocada por Nicolás Maduro?
La
Carta Magna bolivariana de 1999 dispone que el presidente, la Asamblea
Nacional (con mayoría de 2/3 partes), los cabildos municipales (con
mayoría de 2/3 partes) y el 15% de los electores pueden proponer la
"iniciativa de convocatoria" de la Asamblea Nacional Constituyente "con
el objeto de transformar el estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico
y redactar una nueva Constitución". Para confirmarse dicha convocatoria
es ineludible la realización de un referéndum, algo que Maduro ha
olvidado, conocedor de su debilidad en las urnas.
-¿Por qué una Constituyente ahora?
La
tradición política en casi todo el planeta marca que las nuevas
constituciones nacen con un cambio de régimen (como en la España de la
transición), tras una gran ruptura histórica (como con la llegada de
Chávez al poder en 1999) o cuando una inmensa mayoría exige un cambio
histórico. Ninguna de esas condiciones se cumplen, ni de cerca, en la
Venezuela de Maduro.
Lo que el "hijo de Chávez" pretende es "anular
definitivamente a la Asamblea Nacional e impedir las elecciones solo por
el hecho de que las perderá. Es un intento, en fin, para imponer sobre
suelo venezolano el orden político vigente en Cuba, en Siria y en Corea
de Norte", resume el politólogo Fernando Mires.
-¿Cómo se elegirán a los constituyentes?
Maduro
ha adelantado que la elección de los 500 constituyentes, número que él
mismo ha determinado, será a través de unas votaciones dirigidas a su
antojo: una mitad entre gremios, obreros y movimientos sociales y otra
mitad por unas circunscripciones territoriales a su medida, con especial
influencia de las comunas, organismos dirigidos por militantes
chavistas.
Algo que de nuevo vulnera la Constitución, que solo acepta
elecciones libres y universales. Es de nuevo la debilidad revolucionaria
en las urnas la que marca el porqué de este movimiento político de
final desconocido: las encuestas confirman que el chavismo sólo cuenta
con el 32% de los posibles votantes, frente a un 68% claramente en
contra.
-¿Qué pasará con el Parlamento?
El
exvicepresidente Elías Jaua, que preside la comisión presidencial para
la Constituyente, señaló ayer que será la propia asamblea popular "ya
instalada" la que decida el destino del Parlamento, porque es
"supraconstitucional, originaria y todos los poderes del Estado quedan
subordinados, no se podrán oponer a las decisiones de la Asamblea"
elegida bajo manual chavista.
-¿Y con la Fiscalía General de la República?
El
futuro de Luisa Ortega, fiscal general, correrá la misma suerte que la
del Parlamento: los constituyentes chavistas decidirán al respecto. De
momento, la rebelión de la fiscal, que denunció la "ruptura del orden
constitucional", es uno de los motivos que han llevado a Maduro a romper
el tablero político. Así lo reconoció el propio Jaua, quien subrayó las
"contradicciones" entre la Fiscalía y el Tribunal Supremo.
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