sábado, 21 de enero de 2017

Ciclón Garbiñe, venganza y a octavos


Publica "El Mundo":
Garbiñe en modo Garbiñe. Sin medias tintas, sin especular. Un botón con solo dos posiciones, apagado o encendido. En la primera, las dudas ante cualquier rival, el vértigo de perder contra quien sea. En la segunda, 'rock and roll'. Un espectáculo de golpes durísimos, dientes apretados y puño cerrado. Garbiñe Muguruza batió en tiempo récord a Anastija Sevastova por 6-4 y 6-2 en apenas una hora y tres minutos en la tercera ronda del Open de Australia.

La letona, 33ª del mundo, no era una rival cualquiera. Pese a que en el último enfrentamiento se había impuesto la de Caracas, en el pasado US Open eliminó a Muguruza en segunda ronda para después llegar a cuartos de final, su mejor actuación en un Grand Slam. El choque pedía revancha por aquel revés y Garbiñe cumplió con creces.

"Quería venganza, me dolió mucho la eliminación en Estados Unidos", dijo tras la victoria. En busca de llegar "al 100% al siguiente partido" después de la inflamación en el aductor que hizo pensar en lo peor en la primera ronda, intentará vengar ahora a Carla Suárez. La canaria cayó en el segundo partido ante la rumana Sorana Cirstea (78ª del ránking WTA), una desconocida sobre la pista para Muguruza, jamás se han enfrentado hasta ahora. 

La número siete mundial, que en ocasiones sufre más ante rivales de menor caché que contra las grandes raquetas, tiene en el horizonte un posible cruce en los cuartos de final con la número uno y vigente campeona Angelique Kerber. Jugando al nivel que lo hizo este viernes, poco importa quién esté enfrente.

El primer parcial resumió a la perfección la lucha interna que mantiene la ganadora de Roland Garros en muchos partidos. Botón apagado, fría al inicio, cometió dos dobles faltas en su primer turno de saque que pusieron en apenas cinco minutos el 0-2 en el marcador. Botón encendido, del hielo al fuego en instantes, comenzó a conectar derechas ganadoras, a subir con éxito a la red y a desesperar a Sevastova siempre con la potencia de sus golpes como seña de identidad. Un vendaval que pasó por encima a la letona, cinco juegos consecutivos y una bola de set a favor. 

Sin embargo, no aprovecho la opción con su saque y la rival reaccionó con dos juegos, aunque el temple de la pupila de Sam Sumyk en los momentos finales ayudó a atar el set. En segundo, siguió el ciclón. Del 4-0 inicial don dos roturas, al 6-2 final, para cerrar un duelo con 20 'winners', el doble que la letona y 22 errores no forzados. "Me ha costado un poco entrar en el partido", reconocía a Eurosport. Si lo que viene después es lo de este viernes, no hay problema.

Os ponemos el enlace a la noticia:

http://www.elmundo.es/deportes/2017/01/20/588208c9e5fdead3048b45f7.html

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