Publica "El Mundo":
Nicolás Maduro ha comparecido ante algunos medios internacionales para "llevar la verdad al mundo" y
prolongar su discurso anual a la nación, realizado el pasado domingo
ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y evitar así a la Asamblea
Nacional, tal y como ordena la Constitución. "La conclusión del año 2016 es que salimos más maduros",
sintetizó el mandatario, quien además se vanaglorió de que "algo debe
tener este presidente obrero para resistir cuatro años de guerra
mundial".
Al margen de su particular resumen del año y de repetir
los mismos argumentos y las pocas cifras macroeconómicas, que el
chavismo esconde, el 'hijo de Chávez' se desdijo a sí mismo y aseguró que no liberará a Leopoldo López, el preso político más emblemático de su Gobierno.
"Es un agente de la CIA preparado durante muchos años para ser
presidente de Venezuela por la vía del terrorismo", acusó el primer
mandatario al recordársele que en 2015 planteó un canje entre el líder
de Voluntad Popular (VP) y el independentista puertorriqueño Óscar López
Rivera, indultado ayer por Barack Obama.
"Fue un comentario jocoso",
se disculpó el presidente, quien alabó al dirigente boricua, "un gran
revolucionario latinoamericano que nunca mató a nadie, nunca quemó ni
destruyó nada", en referencia a López.
Maduro también hizo referencia a la detención ilegal de Gilber Caro,
diputado suplente de VP detenido la semana pasada pese a su inmunidad
parlamentaria, al que definió como "un tipo que tiene 30 años de vida
criminal, capturado con bombas, con armas, con mucho dinero, encargado
de ir a matar a su propia gente". Caro fue apresado la semana pasada,
junto a su novia, en la primera operación del Comando Nacional
Antigolpe, que incluyó a dos concejales, dos dirigentes regionales de la
oposición y el general retirado Raúl Isaías Baduel, antiguo ministro de
Defensa de Chávez hoy crítico con la oposición.
La Internacional Socialista ha reclamado la libertad inmediata de Caro y Amnistía
Internacional definió el operativo como una "cacería de brujas" contra
la oposición basándose en "absurdos argumentos conspirativos".
El
presidente también confirmó que ha programado una "gigantesca"
contramarcha para el próximo lunes, 23 de enero, fecha emblemática en Venezuela
pues se celebra el golpe de estado que derribó al dictador Pérez
Jiménez. Ese día la oposición tiene previsto dirigirse al Consejo
Nacional Electoral (CNE) para exigir unas elecciones que ahora mismo
están en entredicho en Venezuela.
De hecho, Maduro fue preguntado
por un periodista sobre cuándo se van a convocar las elecciones a
gobernador, que se debieron celebrar en diciembre y que la presidenta
del CNE, Tibisay Lucena, prometió para junio. El presidente eludió la
cuestión y no contestó, en una clara apuesta por el silencio informativo
impuesto al respecto por el chavismo. Todas las encuestas adelantan que el bloque revolucionario sufrirá en estas elecciones una derrota estrepitosa.
"La Asamblea ha sido anulada y la patria sigue", se regodeó Maduro, quien no dudó en afirmar que "no me hace falta la Asamblea".
El líder bolivariano embistió de nuevo contra el nuevo presidente
parlamentario, Julio Borges ("tiene el fascista alboratado"), y contra
su predecesor, Henry Ramos Allup.
Os ponemos el enlace a la noticia:
http://www.elmundo.es/internacional/2017/01/18/587fbf6746163fa3788b45eb.html
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