lunes, 18 de diciembre de 2017

40 músicos de la Orquesta Simón Bolívar eligen el exilio

 
Publica "El País":

La crisis y la represión de Maduro provocan una desbandada y Gustavo Dudamel prefiere no volver a Venezuela por miedo a represalias

La Orquesta Simón Bolívar se resquebraja. La situación en Venezuela ha obligado a tomar el camino del exilio a casi 40 de sus 120 miembros. Una tercera parte. Y no serán los únicos, aseguran algunos de ellos. La crisis se ha agudizado tras las protestas en la calle de esta primavera contra el régimen de Nicolás Maduro. La decisión de la mayoría tiene que ver con la situación que atraviesa el país. Muchos han aceptado ofertas de otras formaciones en el extranjero o tratan de abrirse hueco ellos mismos en diferentes países. Desde el Sistema Nacional de Orquestas, del que depende la Simón Bolívar, aseguran que otros músicos ocupan ya sus puestos.

De hecho, comenta Esteban Araujo, uno de los creadores del sistema hace más de 40 años codo con codo con José Antonio Abreu, su fundador, la salida de los músicos, no deseada, aclara, “ha resuelto, por otra parte, cierta situación de embudo”. En una organización que acoge a 900.000 alumnos en todo el país, movimientos así tienen fácil sustitución. Muchos desean entrar en la auténtica joya del sistema y ahora han encontrado cabida.

Dentro de la organización, no obstante, reconocen la gravedad del problema. Algunos de los que se han ido establecen un directo paralelismo con la situación que atraviesa el país. La escasez es una. Los sueldos actuales de los músicos, al cambio, no lleguen ni a 10 dólares. Eso les obliga a buscar salidas. El prestigio de la orquesta y de los músicos del sistema a nivel mundial lo hacen más sencillo. Hoy es corriente hallar en muchas formaciones internacionales destacadas varios músicos venezolanos.

La economía y la subsistencia son razones de peso. La política, otra. El hecho de que la figura cultural, junto a Abreu, más relevante del país no pueda regresar da una pista. Gustavo Dudamel no ha pisado Venezuela desde que se produjeron las protestas y centra su vida y su trabajo en Los Ángeles, donde lidera la Filarmónica de la ciudad.

El músico actúa en enero en España con la Filarmónica de Viena y no ha querido ofrecer declaraciones en esta ocasión. Pero sí ha dejado sentir su voz cuando la situación se volvió muy crítica en las calles. El pasado abril, días después de que Armando Cañizales, un viola del sistema, cayera muerto de un disparo en la cabeza con sólo 18 años, el director rompió su silencio y escribió un artículo publicado en EL PAÍS y en The New York Times. Dudamel fue tajante: atacaba la represión de Maduro al tiempo que llamaba al diálogo.

El dictador le contestó en una de sus arengas televisadas con tono más bien amenazante. Dudamel no ha vuelto por miedo a represalias. Sus compañeros de la orquesta temen hasta que le retiren el pasaporte y lo encarcelen. Todos están en contacto permanente. Tratan temas profesionales a diario y no por haber salido del país dicen haber abandonado en absoluto la orquesta. “Tocamos juntos desde que tenemos 10 años, la Simón Bolívar es nuestra vida. No la pensamos dejar”, afirma uno de los músicos que no quiere dar su nombre.

Otra muestra de la delicada situación por la que atraviesa el Sistema y las orquestas que de él dependen ha sido la suspensión de las giras previstas. La última que hizo la Simón Bolívar con todos sus miembros originales fue la dedicada a la integral de sinfonías de Beethoven. Fue un acontecimiento que les trajo por España. En Barcelona tocaron el ciclo de las nueve obras al completo. Pero ya, la siguiente salida prevista -una gira por Asia-, fue anulada. En 2018, las actuaciones de la orquesta programadas en España han sido también suspendidas. Dentro del ciclo Grandes Intérpretes de Scherzo, la Simón Bolívar tenía prevista una actuación con Dudamel en Madrid en septiembre. Se mantiene la presencia del director, pero con la Mahler Chamber Orchestra.

Los responsables del Sistema aseguran que no pueden confirmar fechas por adelantado. Las causas de este corte drástico en los tours son, según ellos, económicas. La caída de ingresos por el petróleo ha mermado las generosas subvenciones que aportaba el Gobierno. Pero nadie duda de que también responden a represalias políticas directas.

En los años de Hugo Chávez, el mandatario venezolano fue capaz de utilizar la buena imagen del Sistema como todo un escaparate venezolano a nivel internacional. Les caían premios por todo el mundo. Dirigían a sus músicos de las secciones infantiles y juveniles figuras como Claudio Abbado o Simon Rattle. Los milagros evidentes de su método pedagógico eran reconocidos por prestigiosas universidades y centros docentes que adoptaban sus bases en Europa, Asia y América. José Antonio Abreu recogió en 2008 el Premio Príncipe de Asturias de las Artes por su misión y llegó a ser candidato al Nobel de la Paz.

El sistema y su expresión artística al máximo nivel, la Orquesta Simón Bolívar, se convertían en un imán prestigioso y muy válido para promocionar la Venezuela de corte bolivariano. Maduro no ha sido capaz de ver, entender y mucho menos escuchar sus beneficios. Y ahora, sus responsables, tratan de que el Sistema, como el país, no se venga abajo.
 
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