viernes, 15 de diciembre de 2017

"Al chavismo se le gana masificando el voto"


Publica "BBC.com"

Entrevista a Henri Falcón, el hombre que desafía a la oposición tradicional y que quiere pelear por la presidencia de Venezuela contra Nicolás Maduro

Mientras suena la música relajante en un hotel de alta categoría de Barquisimeto, ciudad del centro de Venezuela, Henri Falcón da instrucciones a su jefe de prensa con energía. Está animado. Cita encuestas que le dan una oportunidad en la carrera para ser presidente del país.

Falcón, de 56 años, fue chavista, luego jefe de campaña de Henrique Capriles en las presidenciales de 2013 contra Nicolás Maduro y ahora no está ni con unos ni con otros.

¿Qué es Henri Falcón? Es la pregunta que muchos se hacen en Venezuela.

"La principal virtud de Falcón es su principal debilidad", le dice a BBC Mundo Edgard Gutiérrez, coordinador de la encuesta Venebarómetro.

"En un ambiente tan polarizado, eres azul o rojo. Si estás en medio, te desdibujas. Hay electores que podrían simpatizar con eso, pero los polos pesan más y te consumen la energía si no te defines. Ese es su reto", asegura el analista.

Más allá de las opiniones sobre Falcón hay unos hechos. Tanto cuando se identificaba como chavista como cuando era opositor logró amplias victorias: fue en dos periodos alcalde de la ciudad de Barquisimeto, a unas cinco horas de Caracas en auto, en el centro este del país, y gobernador del estado Lara otros dos mandatos.

En octubre perdió la reelección como gobernador ante la candidata chavista. En medio de denuncias de irregularidades y de fraude por parte de la oposición, Falcón fue el primero en admitir y aceptar la derrota.

Mientras los principales partidos de la oposición decidían entonces no participar en las municipales de este domingo, su organización, Avanzada Progresista, sí estuvo y defendió la vía electoral pese a lo que considera como "procedimientos fraudulentos" del Estado.

Lamenta haberle entregado las alcaldías al chavismo y tiene claro que sólo ganarán masificando el voto.

En plena fractura de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición de partidos que une (¿unía?) a los partidos opositores, Falcón está decidido a desafiar a los cuatro grandes organizaciones que dice que la dirigen.

Eterno presidenciable, admite que quiere llegar al palacio de Miraflores. Tiene un plan. Y ahora que ya no es gobernador tiene también tiempo.

Sólo por detrás de López y Capriles

De acuerdo a la última encuesta de Venebarómetro, si hubiera primarias en la oposición, Falcón sería el tercer candidato más votado. Sólo por detrás de Leopoldo López, que cumple condena en arresto domiciliario, y de Capriles, que está inhabilitado.

Ambos, por tanto, están fuera de juego por el momento.

Eso y su capacidad de atraer al votante de izquierda, al chavista crítico o descontento con Maduro lo sitúan como un rival fuerte en la carrera.

Sabe que la oposición debe estar detrás de un candidato único para competir presumiblemente contra Maduro.

Pero no está dispuesto a aceptar los llamados a la disciplina de los partidos que controlan la MUD. Al menos de momento. Para negociar ya habrá tiempo.

Fue militar, estuvo vinculado al movimiento político con el que Hugo Chávez llegó al poder, es abogado, pero, sobre todo, un político pragmático.

Este es una extracto de la entrevista mantenida con Falcón, editada y recortada por motivos de longitud y comprensión.

Usted fue chavista, jefe de campaña de Henrique Capriles y ahora parece que va por libre. ¿Dónde está ahora Henri Falcón?

Estoy en la política de la racionalidad, del sentido común, de la lógica, de las grandes mayorías. Es la política de la responsabilidad, de la verdad. Donde está el 70 y pico por ciento de los venezolanos.

Hay una gran crisis de liderazgo y de partidos en Venezuela. Si nos sumas a todos los partidos llegamos a 15-16% de apoyo. Esa no es Venezuela. No es exclusivamente los partidos.

Hay un 55% de los venezolanos que se declara independiente. Es la gente que compra verdades, que espera mensajes más que peleas. Que espera soluciones y no complicaciones. Es la gran mayoría del país, es el país diverso. Como lo es la oposición venezolana. No son sólo cuatro partidos (los que mandan en la MUD). Esa es la gran equivocación de la oposición venezolana.

¿Es en ese 55% del que habla donde ve una posibilidad?

En esta polarización desmedida del país hay sectores extremistas radicales, pero no todos somos extremistas, hay moderados del gobierno y de la oposición. Los radicales son minoría. Más allá está el gran sector independiente de Venezuela, que se expresa por fuera de los partidos y que no hace causa ni con el gobierno ni con la oposición.

¿Esa equidistancia no le perjudica?


El fracaso de este gobierno y de este modelo lo habíamos adelantado hace casi ocho años cuando salimos de allí porque no seguimos comulgando con una visión sectaria, clientelar, populista. El modelo fracasó, se fue deslegitimando en el tiempo. El modelo socialista representa la miseria, la pobreza y el hambre.

Ese modelo fracasado está en sus últimos tiempos, será reemplazado, pero no por mecanismos de fuerza. Ningún gobierno del signo que sea, producto de una confrontación, va a generar gobernabilidad ni estabilidad. No dura ni seis meses.

¿Cómo imagina que se produce un cambio de gobierno?


Un gobierno de transición democrática.

Y eso significa…


Un gobierno que convoque a todos por sus capacidades, por su compromiso y no por su condición ideológica. Un gobierno producto de un gran pacto, de una verdadera negociación política.

Ahora hay en marcha un proceso de diálogo, ¿confía en él?

Este diálogo está marcado por el fracaso, porque vemos un diálogo marcado por la improvisación, el sectarismo, la urgencia sin que haya elementos metodológicos, programáticos. ¿Cuál debe ser lo prioritario hoy en día? El hambre, el alto costo de vida, la falta de medicinas.

Cuando llevas exclusivamente una agenda política y es producto de cuatro partidos que quieren decidir el destino de un país, ese diálogo está condenado al fracaso a pesar de que nosotros apostamos a él, a la negociación política. Y de ahí a un gobierno de transición que convoque a un gobierno de unidad nacional.

Si la oposición está desunida, ¿cómo le va a ganar al chavismo?

Debe haber una recomposición de una nueva plataforma opositora del país que trascienda los partidos, que abarque todo el espectro político del país, que es el 70% de la calle que rechaza al gobierno. Pero no sobre el interés de cuatro partidos.

¿Se presentará a unas elecciones primarias de la oposición?

¿Qué primarias? ¿Quién las convoca? ¿Quién las direcciona y da fe y garantía de la transparencia de una primaria? ¿Es el acuerdo de cuatro partidos? No estamos obligados a seguir ningún lineamiento del llamado G4. Más allá hay otros partidos que pueden constituirse en la gran plataforma del país. Y me refiero también a personalidades importantes (…). Lorenzo Mendoza es un empresario exitoso del país, ¿alguien va a desconocer a Lorenzo Mendoza, por dios? ¿No tendrá mucho que decir Lorenzo Mendoza sobre esto? ¿No podemos encontrarnos en el camino?

¿Quiere ser presidente?

Avanzada Progresista va a tener candidato presidencial. ¿Si seré yo? Esa es la materia del debate, de la discusión.

¿Se puede vencer al chavismo sin acuerdo y si hay dos candidatos de oposición contra Maduro?


La idea sería formar una unidad superior (…). Ojalá podamos coincidir en una candidatura única no producto del interés y de las maniobras de cuatro partidos (…). Buena parte de las condiciones de debacle del país tiene que ver con los errores de esos cuatro partidos (…). Habrá que ver el método, quién determina el proceso de escogencia.

Usted ganó al chavismo en Lara. ¿Cuál es la fórmula?

Masificando el voto, incentivando a la gente en la ruta electoral, pacífica. Así se le gana, como se le ganó en el 2015 (elecciones parlamentarias). Que la gente salga a votar masivamente.

Si los llenas de frustraciones y les mandas mensajes diferentes y les dices que no salgan a votar, no tienes moral para decirles luego que salgan.

Esos niveles de decepción, de desesperanza y frustración de la gente obedecen a la falta de confianza en la dirigencia política del país y a los grandes errores estratégicos de la oposición venezolana.

Si las elecciones se adelantan, no les queda mucho tiempo para rearmarse.

Nosotros estamos en la calle y nosotros no vamos a salir de la calle. Vengo de una gira en 12 estados y comenzamos en enero una gira en 185 municipios.

Eso suena a campaña presidencial.


Así es, no lo niego, sin duda alguna, aunque no es una obsesión. Estamos abiertos a ese diálogo para consolidar una alternativa real y eficaz para derrotar al gobierno.

¿Cuáles serían sus primeras medidas si fuera presidente?


Convocaría un proceso de concertación con todos los sectores del país. Restablecería las relaciones económicas, de comercio, pero también políticas, con la comunidad internacional. Un programa de estabilización económica que frene la inflación. Unificaría la tasa de cambio como elemento real del mercado que responda a oferta y demanda.

Revisaría el gasto público para apretarnos el cinturón y haría un programa de atención a los sectores más vulnerables con subsidios directos.

A eso nos referimos con un programa de concertación con un gran gobierno de unidad nacional donde prime el intelecto, la capacidad y el compromiso y no el carné de un partido.
Os ponemos el enlace a la entrevista:

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