sábado, 2 de diciembre de 2017

La Doctora María A. Fernández Ramil, reclama la repoblación de Galicia por inmigrantes hispanos


Publica "El diario de la marina.com":

La Doctora por la USC y politóloga del Grupo Colmeiro, defiende la tesis de ampliar los derechos a la nacionalidad española para los descendientes de españoles residentes en el exterior. “El asunto no debiera dejar indiferente a Galicia. No solo porque hay descendientes de tercera generación que integran dicho grupo sino también por su preocupante paisaje demográfico: decrece a su interior mientras se expande afuera”, asegura la catedrática en un tribuna titulada “Nacionalidad y demografía” para El Correo Gallego.

El desafío soberanista catalán ha posibilitado la expresión, en forma visible y masiva, de la identidad española. La opción unilateral por la independencia generó la estructura de oportunidades políticas para que la bandera, como símbolo más evidente, haya encontrado un lugar en muchos balcones de España.

Sin embargo, más allá de los resultados del 21-D, se observa una realidad cruzada. Coexisten, en un mismo espacio físico, un grupo de españoles que pugna por abandonar España mientras otros se resisten a ello. Menos nítida es la existencia de un tercer grupo que, en la distancia, se significa como español aunque, jurídicamente, no sea reconocido como tal.

La evolución reciente del derecho de nacionalidad los ha ido excluyendo, por contraste con su vínculo emocional con España y todo lo que ella representa. En tal situación, han resultado eficaces distintos agentes, desde las propias familias hasta un Estado que, hoy, paradójicamente, les da la espalda.

Se trata de nietos de abuela española, de español nacionalizado en el país de acogida por razones económicas y los que perdieron la nacionalidad al desconocer que tenían que ratificarla al llegar a la mayoría de edad. Súmense los hijos mayores de edad de quienes accedieron a la nacionalidad gracias a la Ley de Memoria Histórica. Por contraste, la situación de dicho colectivo resulta más sorprendente porque se ha conocido la concesión de la nacionalidad española a extranjeros con detenciones o sentencias firmes. Dicen que fue por error.

El asunto no debiera dejar indiferente a Galicia. No solo porque hay descendientes de tercera generación que integran dicho grupo sino también por su preocupante paisaje demográfico: decrece a su interior mientras se expande afuera. El declive poblacional comienza a entrar tímidamente en el debate político frente a posiciones, hasta ahora, un tanto contemplativas. ¿Es la inmigración una respuesta? Nuestra comunidad necesitaría 20.000 inmigrantes al año, hasta 2029, para paliar su crisis demográfica. Por ello, no debe descartarse mirar con más atención a este colectivo, más allá de las subvenciones que al día existen. El Plan Estratégico para la Galleguidad 2017-2020, impulsado por la Secretaría General de Emigración y que se encuentra en construcción, abre una oportunidad. Resulta indispensable que al reconocimiento del “agravio comparativo” que aflige a dicho grupo se añada el consiguiente vínculo jurídico que hoy falta.

Es un asunto de justicia con el pasado. Las remesas enviadas por sus antepasados fue- ron la principal fuente de liquidez monetaria de la economía gallega durante parte importante del siglo XX. Pero, sobre todo, se trata de hablar de futuro. Urge dar respuestas a los problemas de competitividad que Galicia enfrenta y donde la demografía constituye un importante vector.
 
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