Publica "El Mundo":
"Juro por el pueblo entero de Venezuela, por la memoria
eterna del comandante supremo, que cumpliré y haré cumplir la
Constitución". Este miércoles se cumplieron cuatro años de la
juramentación de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela. Cuatro años sumergidos en la mayor crisis económica, social y política de la Venezuela moderna. Cuatro años de "batallas y victorias", como repite el presidente pese a que su popularidad ha caído a mínimos históricos.
La protesta de este miércoles de la oposición, que acusa a Maduro de dar un golpe de Estado
continuado contra esa misma Carta Magna, confirmó el hastío de buena
parte de la sociedad. Pero también desde dentro del chavismo se le ha
acusado de traicionar la obra de Hugo Chávez.
Personajes tan influyentes como el exvicepresidente y gurú económico,
Jorge Giordani; el exministro Héctor Navarro y los militares Miguel
Rodríguez Torres y Clíver Alcalá, entre muchos otros, han criticado su falta de liderazgo, la deriva económica y los tics autoritarios.
Maduro alcanzó en 2013 el 50,61%
de los votos cinco semanas después de la muerte de Chávez en unas
elecciones denunciadas por la oposición. En 2015, el chavismo cayó
derrotado en las parlamentarias, obteniendo el 40,95%.
La caída a tumba abierta de su tradicional apoyo alcanzó mínimos
históricos a finales del año pasado, cuando Datanálisis calculó que 8 de cada 10 venezolanos deseaban un cambio de Gobierno.
En una encuesta reciente, el 61% opinaba que Venezuela sufre una dictadura, no apegada a la democracia. Sólo el 34% estimaba lo contrario.
Con
semejantes números, los politólogos debaten sobre el futuro del
chavismo, pero la mayoría está de acuerdo en que, pese a todo, la
revolución conserva al menos entre 20% y 30% de seguidores
acérrimos. Como Claudia Utría, de 41 años, funcionaria del Ministerio
del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales. "Apoyo a
Maduro porque el Gobierno da inclusión social, es decir, viviendas,
salud, educación, trabajo y los mayores reciben la pensión", recita de
carrerilla.
Empleados públicos y beneficiarios de
misiones sociales vertebran buena parte del apoyo popular que le queda
al chavismo. "Yo todavía creo en esta revolución de cambio que comenzó
el difunto Hugo Chávez. El presidente Maduro ha seguido emprendiendo las
misiones que creó Chávez", confiesa Richard Blanco, de 53 años,
trabajador del Metro de Caracas. "Siempre he apoyado al chavismo porque tiene beneficios", concluye Nury Figueroa, ama de casa de 65 años.
Aumentan las críticas en el seno del chavismo
La
propaganda del Gobierno nutre las justificaciones de sus seguidores.
"Yo también sufro la escasez, pero la culpa de los precios la tiene la
oposición y Estados Unidos por la guerra económica", repite Figueroa.
Para Blanco, simplemente la vida se volvió más costosa. Venezuela
encabeza el ránking planetario de inflación. Pese a que las cifras oficiales se ocultan, expertos nacionales y extranjeros estiman que en 2016 los precios subieron entre 400% y 700%.
La funcionaria Utría, sin embargo, amplía el abanico de responsabilidades: "La oposición influye con la guerra económica, pero también está la política y la economía desacertada".
En las filas revolucionarios es evidente que también hay críticas a la gestión de Maduro.
"Yo soy revolucionario antes de Chávez, pero no todo lo que está
haciendo el presidente es correcto. Hay cosas que no aplaudo, pero no
destruiría, más bien cambiaría", precisa el cantante y activista Juan
Carlos Rodríguez, de 45 años, quien insiste en los problemas de
"gerencia". "La culpa (de la crisis) es de todos, principalmente del Gobierno y de los empresarios", sentencia el cantante.
En lo que sí coinciden todos, ultras y críticos, es que con Chávez se vivía mejor.
"Con él no estaría pasando todo esto, él era efectivo", reconoce la ama
de casa Figueroa. "Chávez sabía manejar las cosas, hubiese controlado
la situación", avanza Blanco. "El impacto sería menor, él era misionero y
estratega", subraya Utría. "Hubiese controlado todos los problemas. Era un líder", concluye Rodríguez
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