Publica "El Mundo":
La Unidad Democrática ha lanzado un ultimátum a Nicolás Maduro si no cumple con el mandato establecido por el pueblo tras el "triunfo histórico" en la consulta popular del domingo: o retira la Constituyente, con la que pretende atornillarse en el poder, o la oposición dará inicio a la reclamada "hora cero".
La escalada final de la ola de protestas, que hoy cumplen 109 días, contempla la convocatoria de un paro cívico nacional de 24 horas para el jueves. Además este miércoles se daría el primer paso para la conformación de un gobierno de unión nacional y el viernes se confirmaría a los nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), en lo que supone la creación de una corte paralela.
Estos jueces sustituirían a los que fueron designados de forma ilegal en diciembre de 2015, los mismos que se han convertido en el martillo revolucionario contra el Parlamento y contra Luisa Ortega, la fiscal rebelde.
"El pueblo ha dado un mandato concreto, el pueblo entero lo demanda. Todo el país reclama un cambio", constató Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, quien hizo público que con el 100% de los votos escrutados fueron más de 7.600.000 los venezolanos que participaron en la consulta popular.
La oposición, no obstante, también ha tendido la mano a la revolución: "Estamos dispuestos a discutir de manera transparente con propuestas serias que contribuyan a la solución de esta tragedia", añadió Guevara. Pero si el "régimen insiste en desconocer la decisión de los venezolanos, haremos respetar su soberanía".
En el anuncio al país, Guevara estuvo respaldado por Julio Borges, presidente legislativo, y por un buen número de diputados y de dirigentes opositores. "No vamos a permitir que la destrucción de Venezuela se concrete. El fraude Constituyente es la garantía de eternizar la violencia de Estado y el padecimiento social", remachó el diputado, mano derecha del preso político Leopoldo López en Voluntad Popular.
La Asamblea Nacional recibirá este martes el acta con los resultados y ultimará el proceso para la elección de los jueces, que se realizará el viernes. El miércoles también convocarán al pueblo a que asista a los 2.020 puntos soberanos donde votaron este domingo para conformar 2.020 comités de la "hora cero".
El vicepresidente del Parlamento destacó que los 7.600.000 votos se alcanzaron en solo dos semanas, sin recursos, con obstáculos de todo tipo, con amenazas contra empleados públicos y beneficiados de programas sociales, con amedrentamiento, más la censura a los medios y la detención de dirigentes y voluntarios.
La primera limitación fueron los 2.020 centros habilitados, frente a los 14.000 de los que dispone el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Los detalles de la gesta dan, como poco, para una novela. Los ciudadanos donaron comida para el almuerzo de los testigos, otros regalaban sus plumas para firmar, incluso se llegó a poner la rúbrica en el dorso de los cuadernos electorales.
Para evitar que los radicales chavistas los destruyeran, se vieron obligados a esconder el material electoral en camiones de pollos, con el riesgo añadido de los habituales saqueos de estos vehículos provocados por la escasez de alimentos.
La cifra final de votantes se acerca a los apoyos obtenidos por la oposición en las parlamentarias de 2015, incluso estarían muy cerca de los que hubiera necesitado para revocar a Maduro si el gobierno no hubiera suspendido el referéndum de forma arbitraria.
"Fue épico", resumió Carlos Ocariz, alcalde de Sucre y uno de los organizadores, quien se congratuló del nivel de movilización alcanzado en las zonas más populares.
"Si la Unidad Democrática logró movilizar millones de votantes es porque tiene una estructura organizada y una unidad política lista para gobernar", concluyó el analista Roberto Giusti.
Más allá de los números y de la previsible respuesta de Maduro al ultimátum opositor, la consulta popular supuso un contundente martillazo contra el proceso constituyente, que hoy exhibe grietas evidentes cuando solo faltan 12 días para sus comicios.
"Es mentira que aquí va a haber un gobierno de transición", aclaró el radical Diosdado Cabello, al frente de una ofensiva gubernamental que intentó taponar los cráteres abiertos por la marea democrática del domingo. Para ello emplearon términos parecidos a los usados contra la recogida de firmas del revocatorio contra Maduro: voto de muertos, voto multiplicado, de niños...
El nuevo canciller, Samuel Moncada, también acusó a los medios internacionales de anunciar cifras que no son comprobables sobre el plebiscito. Los organizadores habían dejado claro de antemano que los cuadernos electorales se eliminarían para que no cayeran en manos del poder.
Ilegal y no vinculante fueron los términos repetidos durante todo el día. El chavismo también acusó a la oposición de usar sicarios en el ataque mortal contra los votantes que hacían cola en el barrio popular de Catia, que costó la vida de la enfermera Xiomara Scott, de 61 años.
Documentos audiovisuales y declaraciones de testigos certifican el protagonismo de los colectivos chavistas, que desde hace años campan a sus anchas en esa zona de la capital. Líderes sociales incluso acusaron a concejales y militantes del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de dirigir y participar en la embestida criminal.
"Colectivos paramilitares actuaron ayer en Catia con la permisividad de la Policía Nacional Bolivariana, la misma policía que reprime y asesina a estudiantes", denunció el Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social.
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