Publica "El Mundo":
El jueves del paro cívico nacional parecía domingo, incluso 1 de enero, en el 60% del territorio. En otros lados, una especie de sábado lento. El pulso entre gobierno y oposición se prolonga ya para un total de 24 horas, pero ya la Unidad Democrática había cantado victoria, al lograr la semiparalización de Venezuela, país que cuenta con más de cuatro millones de empleados públicos.
En Caracas, el gran escenario observado por los ojos del mundo, el este paró absolutamente y en el oeste aparentaba cierta normalidad. "Yo no quería abrir mi tienda, pero los colectivos revolucionarios nos dijeron que si no lo hacíamos, nos saqueaban o quemaban la tienda", describió a EL MUNDO un vendedor de pantalones en el barrio popular de Catia.
Pero en el centro administrativo, en los alrededores del Palacio de Miraflores, una buena parte de las calles aparecían desoladas, entre cierres de comercios y la desaparición del transporte urbano, que lleva dos jornadas de huelga reclamando subida de tarifas. Desde la oposición se denunció que trabajadores públicos fueron forzados a pasear, ida y vuelta, por sus calles. La jornada deja tres muertos, Ronney Tejera, de 24 años y Andrés Uzcátegui, de 23 -no han trascendido datos del tercero-, por lo que la cifra de fallecidos durante las protestas se eleva hasta los 100.
"La gente que sí trabaja decidió parar en protesta contra el gobierno y el fraude de la Constituyente", resumió el gobernador Henrique Capriles al cumplirse las primeras 8 de las 24 horas de huelga programada. Según la patronal del comercio, el 85% de las tiendas no abrió. Y solo el 20% de los médicos acudió a los hospitales para el servicio de urgencias.
En el resto del país, hubo zonas de gran seguimiento, como en Táchira, Lara y Zulia, incluso mayor que en Caracas. Y tantos enfrentamientos como en la capital, donde los agentes policiales y militares volvieron a utilizar fuerza desmedida para disolver los trancones en las calles. Antes de comenzar el día número 111 de las protestas, cuya represión y violencia ha provocado la muerte de 97 personas, la ONG Foro Penal contabilizaba 4.072 detenciones, de los que más de mil permanecen en las cárceles. La cifra de presos políticos ha ascendido a 444.
El "éxito" opositor fue directamente proporcional a la embestida protagonizada por Nicolás Maduro, quien en una aparición televisiva ordenó detener de inmediato a un dirigente opositor y a otro le abrió "su" celda para dentro de 10 días.
"He ordenado capturar a todos los terroristas en tiempo real", decretó el presidente. Entre ellos a Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento: "Este muchacho estúpido ya tiene su celda lista. Estoy esperando la Constituyente. Terrorista imbécil". Guevara, mano derecha de Leopoldo López en Voluntad Popular, había publicado una fotografía en sus redes sociales donde se observa el éxito del paro en El Silencio, zona colindante al Palacio de Miraflores.
El gobierno mantiene los comicios para elegir a más de 500 delegados de la Asamblea Nacional Constituyente para el 30-J, pese a los más de siete millones de votos recogidos en la consulta popular del pasado domingo.
Maduro también responsabilizó a Carlos Ocariz, uno de los coordinadores del plebiscito y alcalde del municipio caraqueño de Sucre, por los enfrentamientos acaecidos a las puertas del canal chavista Venezolana de Televisión (VTV), donde incluso fue quemada una estafeta policial y donde los guardias no dudaron en robar a los vecinos.
"Un grupo de terroristas de la oposición intentó asaltar VTV. Los trabajadores y periodistas salieron al frente a defenderla. Pido a la justicia actuar inmediatamente con el alcalde Ocariz", clamó Maduro, quien ordenó la detención del dirigente de Primero Justicia, partido del gobernador Henrique Capriles y del presidente parlamentario, Julio Borges.
En cambio, en las últimas horas la Fiscalía ha hecho pública la detención de tres colectivos revolucionarios, presuntos autores del ataque a tiro limpio contra las cientos de personas que votaban el pasado domingo en Catia, barrio popular de Caracas. En esa zona, los paramilitares chavistas actúan a sus anchas ante la inacción de las fuerzas policiales. Maduro justificó el ataque acusando a la Embajada de EEUU de estar detrás de los autores.
"Hemos vuelto a triunfar, el paro cívico fracasó. Quien tenga ojos que vea y lea bien", sentenció el presidente más allá de los hechos, apoyándose en que las industrias básicas y petroleras "están trabajando al 100%".
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