Publica "Noticiero Digital.com" este artículo de opinión de "Edgard J. González":
Las relaciones entre países guardan ciertas similaridades con las
relaciones entre personas, en especial cuando entre dos o más
países-personas han existido nexos importantes a lo largo de períodos
extensos, tiempo durante el cual han podido tener diferencias y
problemas, así como han compartido mucho en común.
En casi toda relación
hay altibajos, discusiones, posiciones y opiniones distintas, probables
rencillas y alejamientos. Pero si entre esos países-personas, en el
saldo prevalece lo positivo, lo que asemeja, lo que une, lo que motiva a
re-unirse y proseguir juntos, los amigos, la pareja, la familia, dos o
más países que pudieron incluso enfrentarse y separarse, cuando las
razones para la convergencia son más y mejores que las razones para la
divergencia, se superan los agravios, se producen las disculpas
justificadas y se reanuda el lazo, dejando todo lo negativo en el
pasado, poniendo el énfasis en el presente para, juntos, ir hacia el
futuro dándose mutuo apoyo y sobre una agenda común, para el progreso,
para el amor, para la unión, la fortaleza y el crecimiento.
Lo mismo en
una relación entre parientes, amigos, enamorados, o naciones que
comparten una cultura, un idioma, tradiciones, y genes que fueron parte
de una amalgama prodigiosa, el crisol del que surgió el mestizo
latinoamericano, mezcla de múltiples grupos humanos, indígenas de
América y África, y los que vinieron del viejo mundo, en mayor medida de
la península Ibérica, españoles y portugueses, para formar, lo que
muchos llaman, la raza cósmica que somos (aunque el término raza cayó en
desuso).
Entre España y la mayoría de naciones
del subcontinente latinoamericano, por distinguirlo del subcontinente
que ocupa el norte, EEUU y Canadá, otro crisol donde convergieron
dinámicas y conjuntos humanos diferentes, otros idiomas -inglés y
francés-, otra cultura y tradiciones, otros motivos para atravesar el
Atlántico, y otras formas de desarrollarse.
Hoy la mentalidad y las
circunstancias son totalmente distintas a las que caracterizaron a este
continente durante el lapso 1492-1950. Norteamérica y Latinoamérica
mantienen sus respectivos rasgos pero tratan de colaborar entre sí y con
el viejo continente, de donde proviene una parte de cada uno de
nosotros porque, incluso a quienes no les guste, lo europeo está en
nuestro origen y se mantiene en nuestra cosmovisión múltiple y abierta.
No existe la pureza racial ni cultural. Y por ello, prevalecen los lazos
y los acuerdos. No en balde sentimos a España como la Madre Patria y
ella nos corresponde, sintiendo que somos su parentela, sus hijos
crecidos e independientes. Hoy España está amenazada por los mismos
lobos del colectivismo, del pensamiento y partido únicos, disfrazados de
corderos democráticos, que lograron engañar a una porción de los
venezolanos en 1998, y tras 17 años de arbitrariedades y corruptelas,
cometidas siempre en nombre del pueblo, nos tienen al borde de una
Crisis Humanitaria, por falta de alimentos, medicinas y otros productos
necesarios para llevar una vida sana y digna en el siglo 21. Sería
irresponsable no señalar las coincidencias en el engañoso esquema
populista de ambos casos.
Casualmente en diciembre del 2015 ocurren cambios en la conducta
electoral de ambos países, que para Venezuela significan el inicio de la
transición hacia la Democracia -imperfecta pero perfectible- que
tuvimos, y para España significa el inicio a la incertidumbre que dio
paso en Venezuela al modelo estalinista que destruyó la Economía, la
Institucionalidad y la Convivencia.
El 6 de Diciembre del 2015 la
mayoría de los venezolanos respaldó la propuesta de Cambio y eligió a
dos tercios de los diputados a la Asamblea Nacional, para que el Poder
Legislativo dejara de ser un apéndice del régimen castrochavista que
desde 1999 destruye al país, y comenzara a revertir el dañino esquema
que trajo ruina a nuestra economía, y nos tiene al borde de una Crisis
Humanitaria, por la ya crónica escasez de alimentos y medicinas (además
de muchos otros productos necesarios que desaparecieron de los anaqueles
y deben ser adquiridos en el mercado paralelo -de los buhoneros
llamados bachaqueros- que multiplican por 5 y 10 veces el precio de cada
rubro).
Ha disminuido la ingesta regular de nutrientes, y muchos
pacientes -de todas las edades- han muerto por la falta de los
medicamentos que son imprescindibles para mantenerse con vida (enfermos
de cáncer, hipertensos, diabéticos, hemofílicos, transplantados, docenas
de neonatos han fallecido por contaminación de las salas de parto, el
retén, las incubadoras, y falta de insumos. Incluso una simple alergia,
para la cual no tenía el Hospital el remedio requerido, causó el
fallecimiento de una joven de 23 años, que vacacionaba en Falcón).
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