lunes, 20 de junio de 2016

Venezuela y España en sus encrucijadas


Publica "Noticiero Digital.com" este artículo de opinión de "Edgard J. González":


Las relaciones entre países guardan ciertas similaridades con las relaciones entre personas, en especial cuando entre dos o más países-personas han existido nexos importantes a lo largo de períodos extensos, tiempo durante el cual han podido tener diferencias y problemas, así como han compartido mucho en común. 

En casi toda relación hay altibajos, discusiones, posiciones y opiniones distintas, probables rencillas y alejamientos. Pero si entre esos países-personas, en el saldo prevalece lo positivo, lo que asemeja, lo que une, lo que motiva a re-unirse y proseguir juntos, los amigos, la pareja, la familia, dos o más países que pudieron incluso enfrentarse y separarse, cuando las razones para la convergencia son más y mejores que las razones para la divergencia, se superan los agravios, se producen las disculpas justificadas y se reanuda el lazo, dejando todo lo negativo en el pasado, poniendo el énfasis en el presente para, juntos, ir hacia el futuro dándose mutuo apoyo y sobre una agenda común, para el progreso, para el amor, para la unión, la fortaleza y el crecimiento. 

Lo mismo en una relación entre parientes, amigos, enamorados, o naciones que comparten una cultura, un idioma, tradiciones, y genes que fueron parte de una amalgama prodigiosa, el crisol del que surgió el mestizo latinoamericano, mezcla de múltiples grupos humanos, indígenas de América y África, y los que vinieron del viejo mundo, en mayor medida de la península Ibérica, españoles y portugueses, para formar, lo que muchos llaman, la raza cósmica que somos (aunque el término raza cayó en desuso). 

Entre España y la mayoría de naciones del subcontinente latinoamericano, por distinguirlo del subcontinente que ocupa el norte, EEUU y Canadá, otro crisol donde convergieron dinámicas y conjuntos humanos diferentes, otros idiomas -inglés y francés-, otra cultura y tradiciones, otros motivos para atravesar el Atlántico, y otras formas de desarrollarse. 

Hoy la mentalidad y las circunstancias son totalmente distintas a las que caracterizaron a este continente durante el lapso 1492-1950. Norteamérica y Latinoamérica mantienen sus respectivos rasgos pero tratan de colaborar entre sí y con el viejo continente, de donde proviene una parte de cada uno de nosotros porque, incluso a quienes no les guste, lo europeo está en nuestro origen y se mantiene en nuestra cosmovisión múltiple y abierta. 

No existe la pureza racial ni cultural. Y por ello, prevalecen los lazos y los acuerdos. No en balde sentimos a España como la Madre Patria y ella nos corresponde, sintiendo que somos su parentela, sus hijos crecidos e independientes. Hoy España está amenazada por los mismos lobos del colectivismo, del pensamiento y partido únicos, disfrazados de corderos democráticos, que lograron engañar a una porción de los venezolanos en 1998, y tras 17 años de arbitrariedades y corruptelas, cometidas siempre en nombre del pueblo, nos tienen al borde de una Crisis Humanitaria, por falta de alimentos, medicinas y otros productos necesarios para llevar una vida sana y digna en el siglo 21. Sería irresponsable no señalar las coincidencias en el engañoso esquema populista de ambos casos.

Casualmente en diciembre del 2015 ocurren cambios en la conducta electoral de ambos países, que para Venezuela significan el inicio de la transición hacia la Democracia -imperfecta pero perfectible- que tuvimos, y para España significa el inicio a la incertidumbre que dio paso en Venezuela al modelo estalinista que destruyó la Economía, la Institucionalidad y la Convivencia. 

El 6 de Diciembre del 2015 la mayoría de los venezolanos respaldó la propuesta de Cambio y eligió a dos tercios de los diputados a la Asamblea Nacional, para que el Poder Legislativo dejara de ser un apéndice del régimen castrochavista que desde 1999 destruye al país, y comenzara a revertir el dañino esquema que trajo ruina a nuestra economía, y nos tiene al borde de una Crisis Humanitaria, por la ya crónica escasez de alimentos y medicinas (además de muchos otros productos necesarios que desaparecieron de los anaqueles y deben ser adquiridos en el mercado paralelo -de los buhoneros llamados bachaqueros- que multiplican por 5 y 10 veces el precio de cada rubro).

Ha disminuido la ingesta regular de nutrientes, y muchos pacientes -de todas las edades- han muerto por la falta de los medicamentos que son imprescindibles para mantenerse con vida (enfermos de cáncer, hipertensos, diabéticos, hemofílicos, transplantados, docenas de neonatos han fallecido por contaminación de las salas de parto, el retén, las incubadoras, y falta de insumos. Incluso una simple alergia, para la cual no tenía el Hospital el remedio requerido, causó el fallecimiento de una joven de 23 años, que vacacionaba en Falcón).

Os ponemos el enlace al artículo de opinión completo:


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