Publica "El Diario.es":
Cualquiera que viera las portadas cargadas de Venezuela, con el
escándalo de las revelaciones de Marjaliza ante la justicia, pensaría
que España tiene un problema muy grave con la prensa oficial
Lo doblemente grave es que el PP preparó un marco legal
muy preocupante con las leyes y códigos Mordaza. Por ellos, estamos
asistiendo ya a juicios inusitados en los que se piden varios años de
cárcel por protestar. Mientras, el ministerio llamado de Justicia
colocaba una ley que limita el tiempo de instrucción. El primer plazo
vence ya, el 6 de junio, y se van a tener que archivar 400.000 causas penales,
según alertan los fiscales. Desastrosa gestión y en entredicho en
varios sentidos. Como reiteradamente han denunciado desde la judicatura,
implicaría el sobreseimiento también de causas de corrupción.
El
Ministro Catalá es uno de los que imparte, día sí, día no, sus soflamas contra adversarios políticos como Podemos. Como el de Interior. Llamaba la atención Íñigo Sáenz de Ugarte, en
eldiario.es, del preocupante uso que el PP está haciendo de las
instituciones, en particular de la policía. Un sobrecogedor y
documentado relato de cómo “El gobierno exige a los jueces que cumplan sus órdenes”. Sin que tenga mayor repercusión tampoco. Silencios que evidencian una pésima salud de la convivencia democrática.
¿Sabe la ciudadanía lo que realmente está ocurriendo? Puede hacerlo,
aunque muchos ni se molestan. Hay que sortear las noticias que no se
publican, las que se tergiversan, las que se desmesuran, las que se
inventan. Cualquiera que viera las portadas, el miércoles, el jueves,
cargadas de Venezuela, con el escándalo de las revelaciones de Marjaliza
ante la justicia, pensaría que España tiene un problema muy grave con
la prensa oficial. Que la prensa forma parte del problema. Destacada
parte.
¿Y la política? Ese bloque de súbitos seguidores de Adolfo Suárez,
con su “centrismo y moderación”, al que sus antecesores de UCD, AP y
PSOE acribillaron hasta mandarlo a la dimisión y a la melancolía. Pues
ahí andan con Venezuela en la boca de la mañana a la noche como sus
portavoces mediáticos. Clama que ,ante las gravísimos sucesos de Brasil
tan similares a un golpe de mano, sea Venezuela el único país en el mapa
americano. La precampaña empieza en Caracas,
sin el menor escrúpulo.
Si se piensa con seriedad, es alucinante. El
colmo es ver metido en esa fiebre también el PSOE. Su ex presidente
Felipe González sabe mucho de amistades presidenciales venezolanas y de
su dureza con las protestas. Tal como él mismo escribió, viajó a España en el avión presidencial de Carlos Andrés Pérez, el del “caracazo” que ocasionó decenas de muertos en su represión.
Bajo el humo podrido y tóxico del cementerio de neumáticos de Seseña,
como símbolo de este momento de España. También escondía desgobierno,
codicia y un polvorín en ciernes. Con el desamparo de los denunciantes
de la corrupción en nuestro país que critica The New York Times.
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