Encontramos en el "Huffington post" este artículo de opinión de Vladdo:
Nicolás Maduro es un inepto; eso no se discute. La tragedia que vive
Venezuela lo retrata de pies a cabeza; es un tipo de muy bajo nivel para
manejar una situación tan delicada.
Sin embargo, el drama de ese
pobre país es que así como no tiene Gobierno, tampoco tiene oposición.
O, bueno, sí la tiene, pero deja mucho que desear. Mientras tanto, sus
habitantes se hunden en un mar de desespero y pesimismo, con una clase
media cada vez más débil; con muchos ciudadanos cercanos a la indigencia
y unos pocos en medio de la opulencia.
En días pasados tuve una
conversación que me dejó atónito. Una persona venezolana que lleva
muchos años viviendo en Colombia me contó que hace poco asistió a un
matrimonio en Caracas. Cuando le pregunté si no había sido terrible, con
tanta escasez, me aclaró que no; que había comida y licor en
abundancia; como si nada. Que todo estuvo normal, que fue una parranda
común y corriente... Mientras me decía eso, me preguntaba si serán esos
los mismos que salen a las marchas o se graban en YouTube diciendo que
se están muriendo de hambre.
La verdad es que yo quisiera ir y ver
con mis propios ojos lo que está pasando en el hermano país, pero no
puedo; me ponen preso o me deportan desde el mismo aeropuerto, debido al
"irrespeto" a los símbolos patrios de Venezuela del que me acusó Maduro el año pasado.
A
juzgar por los reportes de prensa, la situación de Venezuela es muy
difícil, pero me parece que la culpa no es exclusiva de la incapacidad
del sucesor de Chávez ni de las políticas represivas de su régimen.
Buena parte de esa responsabilidad la tiene la dirigencia política,
social y empresarial de ese país.
Tras obtener la mayoría de
escaños en la Asamblea Nacional, la MUD llegó a actuar muy torpemente.
Al grosero retiro de las imágenes de Chávez de la sede legislativa le
siguió una andanada de declaraciones y anuncios que dejaban ver, de
entrada, su deseo de destituir a Maduro, quien -así tenga cada día más
ribetes de dictadorzuelo- es el presidente legítimo, elegido en una votación popular con amplia participación ciudadana.
Creo que el gran lío es que a la oposición le interesa más el poder que
la solución de los problemas que está atravesando el país. Si sus
líderes actuaran con paciencia, con tacto, con inteligencia, con
generosidad, otra podría ser la historia.
Os ponemos el enlace completo al artículo de opinión:
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