Leemos en "El Nacional":
Los ojos son el reflejo del alma,
pregona un adagio popular. Quién sabe si eso será cierto, pues la
subjetividad y el sentimentalismo arropan el anónimo apotegma. Carlos
González tiene un refrán similar dedicado a los bateadores: “Tu swing es
lo que eres”, dijo en un extenso trabajo publicado en el rotativo Denver Post. Eso quiere decir que para el jardinero de los Rockies de Colorado, el swing es el reflejo de la esencia de un paleador.
En
el bamboleo del bate, que busca infinitamente cumplir el deseo de
golpear la pelota, González es considerado un virtuoso. Su oscilación es
digna de estudio y son pocos los que tienen una mejor, según diversos
reportes en Grandes Ligas.
“Siempre
me ha gustado batear”, comentó González al periódico de las rocallosas.
“Desde que era niño, un pequeño”. Ya no debe utilizar palos de escoba
para jugar a ser un jonronero. El anhelo se ha vuelto real. Fue uno de
los candidatos para ganar el Jugador de la Semana de la Liga Nacional,
distinción que se la llevó Matt Carpenter, antesalista de los Cardenales
de San Luis.
La última semana y
media ha sido un período excitante para el bateo del zuliano. Sin contar
el juego de anoche contra los Dodgers de Los Ángeles, tenía ocho
cuadrangulares y 16 carreras remolcadas en diez juegos. Su pico más
álgido, lo vivió en la noche dominical, al conectarle dos vuelacercas a
los Padres de San Diego, fue su careo 16 con par de bambinazos.
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